El 7 de septiembre, el municipio de Ahuachapán Centro se llenó de luz y color con la tradicional celebración del Día de los Farolitos, un evento que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años y que atrae a miles de turistas nacionales y extranjeros. Esta festividad, declarada patrimonio cultural inmaterial de El Salvador, conmemora el nacimiento de la Virgen María y refleja la rica tradición religiosa y cultural del país.
Las calles de Ahuachapán, Concepción de Ataco, Apaneca y Tacuba fueron iluminadas por los farolitos, pequeños faroles artesanales que los habitantes colocan en sus casas y espacios públicos, creando un espectáculo visual que cautiva a todos los asistentes. Este año, la celebración tuvo un tono especial, ya que se extendió durante tres días, del 6 al 8 de septiembre, con una serie de actividades culturales y religiosas.
Hugo Lara, uno de los asistentes al evento, expresó su satisfacción por la evolución de la festividad en los últimos años: «Hace como 7 u 8 años venimos, y no era igual. Este festival era todo triste y no teníamos ganas de salir por la inseguridad que había. Hoy se ve una gran fiesta nacional». Sus palabras reflejan el impacto positivo que la mejora en la seguridad ha tenido en el turismo local, atrayendo a más visitantes y revitalizando las tradiciones.
La Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en el corazón de Ahuachapán, fue el epicentro de los actos religiosos, donde se llevaron a cabo misas y procesiones que dieron un sentido espiritual a la celebración. La colaboración entre la comunidad católica, la alcaldía municipal y las instituciones gubernamentales fue clave para el éxito de este evento, ya que impulsa el comercio y el turismo en la región.
Con un ambiente festivo y una participación masiva, el Día de los Farolitos en Ahuachapán no solo reafirma el valor de las tradiciones, sino que también muestra el potencial turístico de El Salvador, un país que sigue ganando terreno como destino seguro y atractivo en la región.