Ilsia Gutiérrez con apenas 28 años, es la única mujer en Jucuapa que ejerce el oficio de electricista. Su camino no fue sencillo. Crecer en una comunidad donde los trabajos técnicos han sido históricamente reservados para los hombres, representó un reto para ella.
Sin embargo, su pasión por la energía y su determinación la llevaron a inscribirse en los cursos de formación como electricista de cuarta categoría organizados por AES El Salvador en conjunto con el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU).
«Muchas veces me han dicho que me voy a quemar. A la gente le resulta extraño ver a una mujer electricista. También me preguntan si le tengo miedo a la electricidad, y siempre respondo: no, no le tengo miedo, ¡me encanta mi trabajo!», comentó Ilsia Gutiérrez.
Hoy, su labor no solo la ha convertido en una referencia en su comunidad, sino que ha encendido una luz de inspiración en otras mujeres jóvenes. Wendy, una joven de 20 años, es su aprendiz.
“La primera vez que Ilsia me llevo a trabajar y comenzó a enseñarme me gustó mucho. Yo la admiro por todos sus conocimientos y quiero llegar a ser como ella para convertirme en una mujer electricista”, expresó Wendy.
La historia de Illsia es también la historia de una nueva generación de mujeres que están encendiendo las luces del cambio en el panorama laboral del sector eléctrico de El Salvador. La inclusión de mujeres en el mundo de la energía es vital para un futuro sostenible y equitativo, y mujeres como como Ilsia y Wendy son el rostro de ese cambio.
AES El Salvador
La historia de Ilsia es solo una de muchas. En los últimos años, muchas mujeres están formando parte del rubro eléctrico, ayudando a reducir la brecha de género en el sector y ofreciendo una perspectiva fresca e innovadora, fundamental para avanzar hacia un desarrollo sostenible y equitativo del país.
Al final del día, cuando el sol se oculta y las luces comienzan a encenderse en las casas de Jucuapa, se puede sentir el impacto de la labor de Ilsia y la nueva generación de mujeres electricistas. Es un resplandor que va más allá de los cables y las conexiones: es la luz de un futuro lleno de oportunidades para todas.
Cuando se le pregunta sobre el futuro, Ilsia no duda en decir que ve a muchas más mujeres en la electricidad. Sueña con que en los próximos años no será la única mujer en Jucuapa que se dedique a este oficio. Y con aprendizas como Wendy a su lado, ese sueño parece estar más cerca de hacerse realidad.
Ilsia es la luz que está encendiendo a Jucuapa, iluminando no solo hogares y calles, sino también mentes y corazones. Su historia es un recordatorio de que cuando las barreras se rompen, el verdadero poder de la transformación emerge, y en ese proceso, todos salimos ganando.