Fruit of the Loom (FOTL), en alianza con la Fundación Rafael Meza Ayau (FRMA), anunciaron los detalles de la octava edición de la carrera «Yo Corro con el Corazón». Este evento deportivo es reconocido como la carrera pedestre más grande de El Salvador, donde cerca de 3.500 atletas recorrerán las calles de Santa Ana en las categorías de 1k, 3k, 5k y 10k
Desde su inicio en 2016, esta carrera ha sido parte del compromiso de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de Fruit of the Loom, beneficiando a la población más vulnerable de la zona occidental del país. Con cada edición, se han fortalecido alianzas estratégicas con instituciones, fundaciones y la empresa privada, que se suman para hacer posible este evento solidario.
La octava edición de la carrera se llevará a cabo el domingo 24 de noviembre, y los fondos recaudados se destinarán al proyecto de renovación de la unidad de emergencias del Hospital San Juan de Dios en Santa Ana. Este proyecto, impulsado por la FRMA en colaboración con el Ministerio de Salud, tiene como objetivo mejorar la calidad y la eficiencia en la atención a más de 16.000 niñas, niños y sus cuidadores y 33.000 adultos aproximadamente de manera anualmente.
En la conferencia de prensa participaron varios voceros oficiales que destacaron la importancia de este evento y el impacto que tendrá en la comunidad de Santa Ana, Ing. Ernesto Rodríguez, Gerente de Planta Lamatepec de Fruit off the Loom, mencionó: «Nuestra alianza con la FRMA y nuestros socios estratégicos, es una muestra del compromiso que tenemos con El Salvador y nuestros colaboradores. La carrera Yo Corro con el Corazón no solo busca fomentar el deporte, sino también contribuir al bienestar de los niños y niñas que dependen de servicios de salud de calidad.
Carla Meyer, directora ejecutiva de la FRMA, destacó «La búsqueda por contribuir a la mejora en la atención en salud nos ha llevado a formar importantes alianzas y para nosotros es un honor tener aliados de alto nivel como Fruit of The Loom, quienes por tantos años han logrado demostrar un sentido genuino por el impacto positivo en nuestro país desde una visión integral de sostenibilidad. Este proyecto, Sin lugar a dutta, es la muestra de que a través del impacto colectivo podemos sumar esfuerzos para incidir en las grandes brechas que limitan la calidad de vida de las personas en nuestro país.»