El comercio ilícito mundial es una preocupación creciente que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha destacado como un obstáculo significativo para el crecimiento y desarrollo económico global.
El comercio ilícito, que incluye actividades como la falsificación, el contrabando, el tráfico de drogas y la trata de personas, representa una amenaza significativa para las economías mundiales. Según estimaciones recientes, el comercio de bienes falsificados y pirateados tiene un valor aproximado de US$509 mil millones anuales, lo que equivale al 3.3% del comercio mundial. Este volumen considerable de actividades ilícitas distorsiona los mercados, perjudicando tanto a las economías desarrolladas como a las en desarrollo.
Las empresas legítimas son una de las principales víctimas del comercio ilícito. La OMC reporta que las industrias afectadas por la falsificación y el contrabando pierden aproximadamente US$320 mil millones cada año. Esta pérdida de ingresos impacta directamente en la capacidad de las empresas para invertir en innovación y desarrollo, reducir costos y generar empleo. Por ejemplo, la industria farmacéutica, que enfrenta una alta incidencia de falsificación, reporta pérdidas significativas que no solo afectan sus ingresos, sino que también ponen en riesgo la salud pública al introducir productos inseguros al mercado.
El impacto fiscal del comercio ilícito también es considerable. Los gobiernos de todo el mundo pierden cerca de US$89 mil millones anuales en ingresos fiscales debido a la evasión de impuestos y derechos aduaneros asociados con el comercio ilícito. Este déficit fiscal limita la capacidad de los gobiernos para financiar servicios públicos esenciales, como la educación, la salud y la infraestructura. La OMC señala que estos recursos perdidos podrían haberse utilizado para mejorar significativamente las condiciones de vida y fomentar un desarrollo económico sostenible en muchas regiones.
El comercio ilícito está estrechamente vinculado a la delincuencia organizada y otros delitos graves, lo que agrava sus efectos negativos en la economía y la sociedad. Se estima que alrededor del 60% de las ganancias de las redes criminales provienen de actividades ilícitas, incluyendo el tráfico de drogas, la trata de personas y el comercio de bienes falsificados. Estas organizaciones criminales utilizan el dinero obtenido para financiar otras actividades ilegales, lo que aumenta la inseguridad y la inestabilidad en las regiones afectadas. Además, el costo global de la lucha contra estos crímenes y la corrupción asociada se estima en miles de millones de dólares anuales.
El comercio ilícito tiene un impacto devastador en el desarrollo social y económico de las comunidades locales. La OMC destaca que las regiones donde prevalece el comercio ilícito suelen experimentar mayores niveles de pobreza, violencia y exclusión social. Por ejemplo, en algunas áreas de África y América Latina, el contrabando y la falsificación representan hasta el 50% del comercio local, lo que socava las oportunidades económicas legítimas y perpetúa el ciclo de la pobreza. La OMC subraya la necesidad de abordar las causas subyacentes del comercio ilícito, como la falta de oportunidades económicas y la corrupción, para promover un desarrollo más inclusivo y sostenible.