La fuerza laboral mundial está experimentando una disminución significativa, según el Foro Económico Mundial (FEM). Esta tendencia alarmante está siendo impulsada por varios factores demográficos y económicos.
Según el FEM, se espera que la tasa de participación laboral global caiga del 62% en 2020 al 60% en 2030. Esta reducción representa millones de personas menos activas en el mercado laboral, lo que podría tener graves consecuencias para la economía global y la sostenibilidad de los sistemas de pensiones y seguridad social.
Uno de los principales factores detrás de esta disminución es el envejecimiento de la población. En muchos países desarrollados, las tasas de natalidad han estado disminuyendo durante décadas, mientras que la esperanza de vida ha aumentado.
Como resultado, la proporción de personas mayores en la población está creciendo rápidamente. Por ejemplo, se espera que el porcentaje de personas mayores de 65 años en Japón aumente del 28% en 2020 al 35% en 2030. Este cambio demográfico significa que una mayor parte de la población estará jubilada y fuera de la fuerza laboral.
Otro factor significativo es la disminución de la participación laboral entre los jóvenes. En muchos países, los jóvenes enfrentan desafíos significativos para ingresar al mercado laboral, incluyendo una falta de oportunidades adecuadas, educación inadecuada y la automatización de empleos. Según el FEM, la tasa de desempleo juvenil a nivel mundial fue del 13,6% en 2020, casi tres veces más alta que la tasa de desempleo general.
Esta situación no solo afecta la economía actual, sino que también tiene implicaciones a largo plazo para la acumulación de experiencia y habilidades en la fuerza laboral.
La automatización y la digitalización también están remodelando el panorama laboral. Mientras que estos avances tecnológicos pueden aumentar la productividad, también pueden desplazar a muchos trabajadores, especialmente en industrias que dependen de tareas repetitivas y manuales.