
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y ONU-Habitat han puesto en marcha el programa “Mi Comunidad, Mi Casa” en El Salvador, una iniciativa piloto que busca transformar integralmente asentamientos precarios y ofrecer soluciones duraderas al desplazamiento forzado. El proyecto se desarrolla entre diciembre de 2024 y junio de 2025 en la comunidad de La Campanera, distrito de Soyapango, afectada históricamente por la violencia y con una población de más de 12,000 habitantes.
Este esfuerzo interagencial tiene como objetivo promover la cohesión social y mejorar la calidad de vida de los habitantes mediante la recuperación del espacio público, el mejoramiento de viviendas y el fortalecimiento de la participación comunitaria. La intervención se realiza en colaboración con ministerios del gobierno salvadoreño y actores locales, buscando consolidar un enfoque multisectorial e inclusivo.

Durante enero de 2025, representantes de Naciones Unidas y del gobierno salvadoreño visitaron las áreas intervenidas en La Campanera. Raúl Salazar, coordinador residente de Naciones Unidas, destacó la importancia de estos esfuerzos para fomentar el desarrollo sostenible y fortalecer las comunidades más vulnerables del país.
El programa contempla tres ejes principales: gobernanza participativa, transformación del espacio público y mejoramiento de viviendas para familias desplazadas y en alta vulnerabilidad. Entre las mejoras planificadas están la construcción de canchas deportivas, recuperación de zonas verdes, iluminación y gestión de desechos. Todo esto apunta a generar espacios que favorezcan la convivencia pacífica y la integración social.

La representante de ACNUR, Mónica Tse Candido, enfatizó el enfoque integral del programa, que combina aspectos humanitarios, de desarrollo y consolidación de paz. Asimismo, Fernanda Lonardoni, jefa de ONU-Habitat para la región, subrayó la importancia de brindar herramientas a las comunidades para que puedan reconstruirse y prosperar.
Este programa conjunto tiene el potencial de convertirse en un modelo replicable en otras comunidades de la región. La transformación de La Campanera no solo busca mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, sino también servir como ejemplo de cómo la colaboración y los enfoques integrales pueden combatir las causas estructurales del desplazamiento forzado.