Bajo la presión del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la firma Hutchison de Hong Kong anunció la venta de su participación en la operación del Canal de Panamá y otros puertos estratégicos a un consorcio estadounidense. Este movimiento, valorado en US$19,000 millones, marca un cambio en el control de infraestructuras clave para el comercio mundial.
La transacción implica la venta del 90% de las acciones de Panama Ports Company (PPC) y otras terminales a un grupo liderado por el gigante financiero BlackRock. Hutchison, hasta ahora operadora de los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en ambos extremos del canal interoceánico, cede así su posición en una de las rutas marítimas más importantes del planeta.
Asímismo, el anuncio impulsó un alza del 22.9% en las acciones de CK Hutchison Holdings en la bolsa de Hong Kong. Aún falta la aprobación del gobierno panameño para concretar la venta de PPC, pero el acuerdo refuerza la influencia de Estados Unidos en la zona y reduce la presencia china en un punto clave del comercio internacional.
El Canal de Panamá ha sido modernizado en las últimas dos décadas para aumentar su capacidad. Actualmente, permite el tránsito de buques de mayor tamaño y maneja el 5% del comercio marítimo mundial, lo que lo convierte en una pieza clave para la economía global.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha cuestionado el papel de China en el Canal de Panamá, señalando que la potencia asiática mantenía un control encubierto sobre la vía. Aunque la Autoridad del Canal de Panamá opera de forma autónoma desde el 2000, la creciente presencia de empresas chinas en la región había generado tensiones con Washington.
Con esta compra, BlackRock y su consorcio aseguran el control de infraestructuras estratégicas en el comercio internacional, mientras que la salida de Hutchison marca un cambio en la influencia económica en la región. Resta por ver si esta transacción tendrá implicaciones en las relaciones entre Panamá, Estados Unidos y China en el futuro cercano.