Alrededor de US$2 millones fue la inversión destinada a obras de mitigación en la quebrada Las Pavas, entre Ilopango y Tonacatepeque, donde el riesgo por cárcavas amenazaba la seguridad de unas 15,000 familias. El proyecto, respaldado por el Banco Interamericano de Desarrollo, devuelve la conectividad vial y fortalece la protección ante la inminente época lluviosa.

Las obras incluyeron la construcción de 18 gradas de disipación con piedra y concreto, la instalación de más de 500 metros de muros de mampostería, y trabajos de terracería para estabilizar el terreno. Estas intervenciones buscan controlar la escorrentía y prevenir deslizamientos que podrían comprometer la zona.
La infraestructura vial también fue recuperada: se reconstruyó una acera colapsada y se habilitó nuevamente el carril afectado, mejorando así la movilidad de la población. Según el titular del Ministerio de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, esta es solo una de las múltiples intervenciones que se ejecutan a nivel nacional.

La intervención en Las Pavas marca un precedente sobre cómo una inversión bien dirigida puede transformar la vida de miles. Además de mejorar la calidad de vida, estas acciones fortalecen la capacidad de respuesta ante emergencias climáticas.

Esta estrategia reafirma un modelo de gestión del riesgo que prioriza el bienestar comunitario y la inversión en infraestructura resiliente. Estas obras no solo mitigan el riesgo inmediato, sino que sientan las bases para un futuro más seguro. La inversión en prevención se convierte así en una herramienta económica poderosa con impacto social de largo plazo.