Recientemente, El Salvador ha sido llamado “la historia de regreso de América Latina”, y con razón. Más allá de las reformas que lo han llevado de ser uno de los países más peligrosos a uno de los más seguros de América Latina, el país ha recibido una importante inversión extranjera directa (IED), ha registrado un crecimiento económico sostenido y una participación laboral en niveles históricos. Sin embargo, a pesar del progreso, existe una gran brecha en el mercado educativo que los expertos consideran clave para desbloquear el crecimiento económico a largo plazo.

“No se puede desarrollar una economía competitiva sin invertir en educación”, comenta Christian Marulanda, Country Manager de Maple Bear. “El Salvador ha dado grandes pasos, y ahora creemos que es el momento adecuado para invertir en las mentes y futuros de la próxima generación”.
El esfuerzo de inversión estatal en educación se está fortaleciendo, pero actualmente representa el 3.43% del PIB, dejando amplio margen para la contribución del sector privado. Junto con una clase media en crecimiento, una población joven y una oferta bilingüe de alto costo y limitada en capacidad, Maple Bear considera que existe una oportunidad significativa para los inversores que deseen contribuir a elevar los estándares educativos en todo el país. “El dominio del inglés es una herramienta clave para integrarse a la economía global, y el acceso a una educación bilingüe de calidad es particularmente escaso. Sin embargo, la demanda está creciendo rápidamente”, explica Marulanda.
Según la Asociación de Colegios Privados de El Salvador, la matrícula en instituciones privadas ha crecido un 10% en los últimos cinco años, impulsada por una clase media en expansión que impulsa el interés en la educación privada de calidad. Dentro de esta tendencia, los colegios bilingües han experimentado una expansión aún mayor, especialmente en los niveles de preescolar y primaria. Por otra parte, El Salvador tiene una población de más de 6 millones de habitantes, con un 27.9% de las personas menores de 15 años, lo que evidencia una gran demanda potencial de la educación (Banco Mundial, 2024).
Más allá de ayudar a que la próxima generación de salvadoreños prospere, invertir en educación privada también representa una sólida oportunidad de negocio. El sector ha registrado un crecimiento del 12% en inversiones en los últimos cinco años, mientras que el retorno sobre la inversión (ROI) para franquicias educativas en el país varía entre el 15% y el 22% anual, dependiendo del modelo de negocio y la ubicación. Este rendimiento sostenido, combinado con la juventud de la población – más del 60% tiene menos de 30 años – apunta a una demanda constante y a largo plazo por una educación de calidad internacional.

“Con un mayor dominio del inglés y habilidades socioemocionales bien desarrolladas, los salvadoreños estarán mejor preparados para participar en el comercio global, acceder a empleos mejor remunerados y contribuir a la transformación del país en un líder regional en innovación digital y crecimiento sostenible”, continúa Marulanda. “Y es precisamente este crecimiento sostenible del que Maple Bear quiere formar parte, asegurando que las futuras generaciones tengan las habilidades necesarias para ayudar a que El Salvador tenga éxito”.
Mientras la franquicia educativa espera convertirse en uno de los principales impulsores de la educación bilingüe de alta calidad en El Salvador, Maple Bear considera que tres tipos de socios inversionistas son fundamentales para un crecimiento exitoso y sostenido.
“Queremos hablar con quienes desean diversificar sus inversiones actuales en un sector emocionante, sostenible y de alto impacto, pero también con dueños de colegios que quieran elevar su oferta convirtiéndose en Maple Bear, y con emprendedores listos para abrir una nueva escuela con un modelo educativo y de negocios probado”, concluye Marulanda.
El modelo de negocio de Maple Bear enfocado en educación ha prosperado en América Latina, cuyo interés por la metodología de la institución ya ha sido reproducido en México, Guatemala, Perú, Paraguay y en Brasil, su mayor mercado con 190 escuelas actualmente. Alrededor del mundo son 480 escuelas.
Con indicadores económicos en alza y la educación preparada para convertirse en la próxima frontera del desarrollo nacional, el mensaje es claro: El Salvador está listo para una transformación en su modelo educativo. Para los inversores que buscan un crecimiento con propósito, asociarse con una franquicia como Maple Bear ofrece la oportunidad de ser parte de un movimiento transformador – uno que ofrece sólidos retornos mientras construye un El Salvador más preparado y conectado para un futuro sostenible.
Ante esa oportunidad de mejorar la calidad educativa salvadoreña, Maple Bear uno de los líderes internacionales con el sistema de educación canadiense posicionado en el 5° lugar mundial según PISA (pruebas que miden el desempeño de los estudiantes en ciencias, matemáticas y lectura), se ha visto interesado en contribuir a elevar los estándares educativos del país.

Su propuesta es una mayor competencia en inglés y unas habilidades socio emocionales bien desarrolladas los salvadoreños estarán mejor equipados para participar en el comercio global, acceder a empleos mejor remunerados y contribuir a la transformación del país en un líder regional en innovación digital y crecimiento sostenible.