El bitcóin alcanzó un máximo de US$105,747 esta semana, impulsado por una combinación de factores geopolíticos y financieros que reactivaron el apetito de los inversionistas por activos de riesgo. La reciente tregua comercial entre China y Estados Unidos, sumada al creciente interés de instituciones financieras, ha dado nuevo impulso a la criptomoneda, que ya había superado los US$100,000 días antes.

El repunte coincidió con el cierre positivo de las bolsas chinas tras el anuncio de una suspensión de 90 días en la mayoría de aranceles entre Washington y Pekín. Esta distensión fue celebrada globalmente, con subidas significativas en los principales índices bursátiles de EE. UU. como el Dow Jones, Nasdaq y S&P 500. La estabilidad del bitcóin en el rango de los US$102,000 a US$103,000 confirma la consolidación de una tendencia alcista.

El 8 de mayo, el bitcóin ya había dado señales de fortaleza al superar los US$100,000, impulsado por un acuerdo comercial entre EE. UU. y Reino Unido. Este tipo de acuerdos, según analistas como Charlie Morris de ByteTree, reducen la incertidumbre global y favorecen la inversión en criptomonedas como activo de refugio y especulación.
A nivel institucional, la participación de gigantes financieros como Goldman Sachs y BlackRock ha sido clave. Goldman ahora posee más de 30 millones de acciones del ETF IBIT, mientras que los ETF de bitcóin en EE. UU. acumulan un valor superior a los US$121,000 millones. La entrada continua de capital en estos fondos demuestra una creciente aceptación del bitcóin en los mercados tradicionales.

Este nuevo escenario, en el que convergen estabilidad geopolítica temporal y una mayor participación institucional, perfila al bitcóin no solo como un activo especulativo, sino como un componente cada vez más relevante en las estrategias de inversión global.