El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó sobre tres amenazas emergentes que podrían obstaculizar seriamente el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe. Estas son: la rápida evolución tecnológica, el aumento de la fragmentación social y el impacto creciente del cambio climático. El organismo internacional subraya que, si bien estos desafíos no afectan a todos los países por igual, la forma en que sean gestionados será determinante para el futuro de la región.

En su análisis, el PNUD señala que la transformación acelerada de las tecnologías, si no se regula y adapta de forma inclusiva, podría ampliar las brechas económicas y laborales, dejando a millones fuera de los beneficios del progreso digital. El acceso desigual a la conectividad, la educación tecnológica y la automatización de empleos representan retos urgentes para los gobiernos.
A esta situación se suma una creciente fragmentación social, que se manifiesta en la polarización política, la desigualdad persistente y la desconfianza en las instituciones. Esta fractura del tejido social debilita la cohesión de las sociedades y dificulta la implementación de políticas públicas eficaces y consensuadas.

El tercer gran reto es el cambio climático, cuyos efectos como sequías prolongadas, eventos extremos y pérdida de biodiversidad ya impactan la agricultura, el acceso al agua y la seguridad alimentaria. El PNUD insta a los países a reforzar sus políticas ambientales, invertir en resiliencia y fortalecer la cooperación regional frente a esta amenaza compartida.
El organismo concluye que América Latina y el Caribe aún tienen una ventana de oportunidad para enfrentar estos desafíos, siempre que adopten enfoques innovadores, inclusivos y centrados en las personas. La clave, dice, será anticiparse a los riesgos y transformar estas amenazas en motores de cambio positivo.
