
Los precios del petróleo subieron bruscamente este lunes tras el ataque de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán, intensificando la tensión en Medio Oriente y generando alarma sobre posibles interrupciones en el suministro global de crudo.
El crudo Brent alcanzó un pico de 81.40 dólares por barril, su nivel más alto en cinco meses, antes de estabilizarse en 77.88 dólares con una variación al alza del 1.13 %. El West Texas Intermediate (WTI) también mostró una fuerte reacción, cotizándose hasta en 78.40 dólares, para luego situarse en 74.65 dólares, con una subida del 1.10 %.

La operación militar, confirmada por el Departamento de Defensa, tuvo como objetivo las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, consideradas clave en el programa atómico iraní. Irán denunció el ataque como una “agresión directa” y prometió una “respuesta contundente”.
Los mercados reaccionaron con nerviosismo ante el temor de que Irán pueda cerrar el Estrecho de Ormuz, ruta por la que transita cerca del 20 % del petróleo mundial. Analistas del sector advierten que, de escalar el conflicto, los precios podrían superar los 100 dólares por barril en las próximas semanas.

Además del alza en los precios del petróleo, el conflicto entre Estados Unidos e Irán generó una reacción inmediata en otros mercados financieros, en medio del aumento de la incertidumbre global, mientras que las principales bolsas de Europa y Asia abrieron con leves retrocesos, reflejando el nerviosismo de los inversionistas ante una posible escalada militar.

La comunidad internacional, encabezada por la ONU y varios líderes mundiales, ha hecho un llamado urgente a la moderación para evitar que la situación desemboque en un conflicto armado de mayores proporciones.
Este nuevo episodio se suma a un escenario económico global ya debilitado por las tensiones comerciales, la inflación persistente y la incertidumbre en grandes economías, lo que mantiene al mercado energético en una situación de alta volatilidad y expectativa.