El Gobierno de Estados Unidos anunció la implementación de un nuevo cargo obligatorio para los solicitantes de visas, incluido el tipo B1/B2 para turismo y negocios. Se trata de la llamada “tasa de integridad”, valorada en US$250, que se sumará automáticamente al arancel actual de US$185, elevando el costo total del trámite a US$435 por aplicante.

Esta medida forma parte del proyecto legislativo conocido como One Big Beautiful Bill Act, impulsado por el Presidente Donald Trump. La normativa fue recientemente aprobada por el Senado y combina políticas fiscales, sanitarias y migratorias, incluyendo nuevas tarifas dirigidas a extranjeros que soliciten visas de no inmigrante.
Aunque aún no se ha confirmado la fecha exacta en la que entrará en vigor, el nuevo cobro aplicará durante el año fiscal 2025 o en cuanto sea determinado por el Secretario de Seguridad Nacional. La tarifa no podrá ser reducida ni eximida, y deberá ser pagada en su totalidad por cada solicitante de visa.

Desde la administración estadounidense se argumenta que esta tasa busca fomentar el cumplimiento legal entre los visitantes internacionales. Sin embargo, sectores críticos, especialmente del turismo, advierten que el aumento en los costos podría reducir el flujo de viajeros extranjeros al país.
Esta “tasa de integridad” forma parte de un paquete de 22 nuevas tarifas migratorias propuestas por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, con fuerte respaldo republicano. Su implementación marca un giro hacia políticas más restrictivas en el manejo de la inmigración temporal hacia EE.UU.
