El comercio global, que hasta ahora ha mostrado resiliencia, enfrenta una fuerte desaceleración a medida que avanza la segunda mitad de 2025. Según el Banco Mundial, el aumento sostenido de restricciones comerciales, intensificado recientemente por aranceles más altos y medidas de represalia entre grandes economías, está generando un entorno incierto para las empresas. A pesar de algunas revocaciones y negociaciones en curso, persiste una elevada incertidumbre normativa, con cadenas de suministro tensas y amenazas constantes de nuevas barreras.

Las proyecciones apuntan a un crecimiento del comercio mundial más débil este año. Se espera que pase del 3.4 % en 2024 a apenas un 1.8 % en 2025, menos de la mitad del promedio anual previo a la pandemia. Las economías avanzadas experimentarán la mayor caída, con una reducción a la mitad de sus perspectivas anteriores, mientras que los mercados emergentes y economías en desarrollo (MEED) también sufrirán ajustes considerables. Las importaciones mundiales ya muestran señales de contracción, con caídas notables en Estados Unidos y otros grandes mercados.
Los datos de alta frecuencia, como los índices de pedidos manufactureros (IPM), refuerzan esta tendencia negativa. Más de dos tercios de los países reportan caídas en nuevas órdenes de exportación, las cuales han alcanzado su nivel más bajo en 20 meses. Aunque se anticipa una modesta recuperación en 2026 —con un crecimiento proyectado del 2.7 %— esta cifra sigue siendo inferior a las estimaciones anteriores.

Las perspectivas comerciales también varían según la región y la estructura económica de los países. Las economías más integradas a las cadenas de valor mundiales o dependientes de mercados avanzados como EE.UU. y la zona euro enfrentarán mayores desafíos. En contraste, aquellos con vínculos más estrechos con otros MEED podrían demostrar mayor resistencia e incluso ver incrementos en sus exportaciones, como es el caso de algunas naciones petroleras.
El comercio mundial se encuentra en una etapa de transición marcada por tensiones geopolíticas, políticas comerciales inciertas y ajustes estructurales. Si bien el panorama inmediato es desafiante, una eventual estabilización normativa y adaptación a nuevas condiciones podrían abrir la puerta a una recuperación más sólida en el mediano plazo.
