El Gobierno de El Salvador ha intensificado el monitoreo de los fenómenos hidrometeorológicos que inciden en el clima del país, con el fin de anticipar y mitigar los riesgos para la población. Este seguimiento exhaustivo permite la activación temprana de protocolos de prevención y respuesta, lo cual reduce la vulnerabilidad de las comunidades y asegura una atención oportuna ante cualquier emergencia.

Según el ministro de Medio Ambiente, Fernando López, el mes de agosto concluirá con más precipitaciones, y septiembre, históricamente, se consolida como el mes más lluvioso del año. Estas condiciones meteorológicas exigen una vigilancia rigurosa y un fortalecimiento de la comunicación con la ciudadanía, para que esté informada y preparada frente a posibles escenarios de riesgo.
El funcionario subrayó que el pronóstico no se limita a la cantidad de lluvia, sino que se enfoca en el impacto potencial, alertando sobre consecuencias como inundaciones, desbordamientos de ríos o la caída de árboles. Este enfoque predictivo y basado en el impacto es crucial para la seguridad de los ciudadanos, ya que les permite tomar precauciones de manera efectiva.

Las proyecciones indican que durante septiembre podrían presentarse influencias indirectas de fenómenos como tormentas tropicales. Gracias al monitoreo especializado, las instituciones pueden coordinar con antelación medidas de mitigación y resguardo.

La Dirección General de Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales trabaja las 24 horas, sirviendo como la primera línea de información para la Comisión Nacional de Protección Civil.Con este enfoque preventivo, el Gobierno salvadoreño reafirma su compromiso con la protección de sus ciudadanos frente a los efectos de las lluvias.
La vigilancia científica y el trabajo coordinado entre las distintas instituciones son fundamentales para minimizar el impacto de los fenómenos naturales y garantizar la tranquilidad de las familias en todo el territorio.