
La disparidad salarial por género se consolida como uno de los desafíos económicos más urgentes de El Salvador. Nuevos datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM, 2024), del Banco Central de Reserva (BCR), confirman que, incluso en el nivel de formación más alto, las mujeres perciben un ingreso significativamente menor que sus pares masculinos. El análisis de las cifras es contundente: los hombres con 13 años o más de estudio ganan, en promedio, US$799.03 mensuales, mientras que las mujeres en la misma categoría perciben US$719.30. Esta diferencia de US$79.73 no solo afecta la economía familiar, sino que representa un potencial de crecimiento no aprovechado por la economía nacional.

Aunque la educación se demuestra como la inversión más rentable para todos los salvadoreños —el ingreso de un profesional es US$505.94 superior al de alguien sin estudios—, esta rentabilidad se distribuye de forma desigual. Esta brecha de género se agudiza en la élite profesional, donde la diferencia de casi 80 dólares a favor del hombre con alta educación demuestra una subvaloración que impacta directamente el Producto Interno Bruto (PIB). La baja participación femenina en sectores de alta remuneración, como las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y la persistente desigualdad salarial en otros campos limitan tanto el consumo interno como la capacidad productiva del país.

Superar esta diferencia salarial no es solo un tema de justicia social, sino una estrategia de crecimiento económico de primer orden. Al impulsar el ingreso de las mujeres a niveles paritarios con los hombres, El Salvador sumaría mayor capacidad productiva y un aumento directo en el bienestar de los hogares, estimulando la demanda de bienes y servicios de mayor calidad. La clave para mitigar esta brecha radica en fortalecer las políticas de equidad, promover activamente la participación femenina en áreas de alta remuneración, y garantizar la igualdad de condiciones y salarios en todos los niveles del mercado laboral salvadoreño para asegurar que el capital humano de toda la población beneficie el desarrollo nacional.
