
El Banco Mundial (BM) ha establecido una hoja de ruta de crecimiento estable, pero moderado, para El Salvador en el mediano plazo. Las proyecciones más recientes sobre el Producto Interno Bruto (PIB) del país sugieren que la economía se mantendrá en un nivel de expansión constante, con un objetivo de alcanzar una meta de dinamismo superior para el año 2027.

La expectativa del BM sitúa la tasa de expansión del PIB en un 2.50% tanto para el año 2025 como para 2026. Esta cifra refleja un piso de estabilidad que, aunque es positivo en un contexto global de bajo crecimiento, también indica que la economía salvadoreña podría estar operando cerca de su límite potencial actual sin cambios estructurales.

El dato más relevante de las proyecciones es el salto al 3.00% para 2027. Este incremento no es un pronóstico automático, sino una meta de crecimiento que el país podría alcanzar si logra implementar las reformas necesarias para potenciar su productividad.

Romper el techo del 2.50% y asegurar el 3.00% requiere que El Salvador enfoque su estrategia económica en elementos más allá de la inversión coyuntural. El crecimiento futuro debe ser impulsado por la Productividad Total de los Factores, exigiendo un enfoque en el emprendimiento transformador (empresas que innovan y añaden valor) y la urgente corrección de las deficiencias del ecosistema, como la escasez de crédito y la falta de trabajadores calificados. En esencia, el Banco Mundial presenta una visión cautelosa: la estabilidad es el escenario base, pero el 3.00% es la recompensa de la ambición y la reforma estructural.