
El mercado de vivienda en El Salvador muestra un notable dinamismo impulsado por la colocación de US$420 millones en créditos destinados a la adquisición de vivienda usada, una cifra que marca un hito en la historia del sector y refleja la mejora en la capacidad adquisitiva de las familias salvadoreñas.
La tendencia indica que un número creciente de hogares está optando por cambiar sus viviendas iniciales por inmuebles con mejores condiciones, lo que sugiere una movilidad social ascendente y una mayor confianza en el sistema financiero.

Especialistas en desarrollo urbano señalan que este comportamiento contribuye directamente a la reactivación económica, ya que el mercado de vivienda usada genera una cadena de beneficios que incluye a los sectores de la construcción, bienes raíces, servicios técnicos, comercio y banca.

El segmento de vivienda de interés social continúa consolidándose como un motor de crecimiento, al ofrecer financiamiento flexible y asistencia técnica para facilitar la adquisición de propiedades. A la par, desarrolladores privados comienzan a proyectar nuevos complejos habitacionales con precios accesibles, como los anunciados en la zona de San Juan Opico, donde se prevé la construcción de 1,500 viviendas con valores aproximados de US$44,000 cada una.

De acuerdo con analistas, la expansión del crédito habitacional y el fortalecimiento del mercado inmobiliario están impulsando la inversión privada en urbanismo y fomentando la generación de empleo, consolidando al sector como un componente clave para el crecimiento económico y la estabilidad social del país.