
El estudio presentado por la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) resalta los grandes desafíos estructurales que enfrenta El Salvador, en especial la alta informalidad laboral y una baja integración en cadenas globales de valor, factores que limitan la generación de empleo de calidad y el crecimiento sostenible.
La limitada participación en sectores industriales y tecnológicos reduce las oportunidades de acceso a salarios superiores y a ocupaciones menos rutinarias, mientras que la informalidad supera el 50% del empleo nacional, en línea con la realidad centroamericana.
Expertos de la CEPAL advierten que la modernización productiva y el fortalecimiento institucional son urgentes para transformar el mercado laboral salvadoreño y aprovechar mejor las oportunidades de integración internacional.

Ampliar la presencia en sectores modernos y estratégicos, como manufacturas complejas y servicios tecnológicos, permitiría a El Salvador elevar el promedio salarial y reducir progresivamente la informalidad, además de dinamizar la economía y ofrecer empleos más inclusivos y protegidos.
El reporte sostiene que esta transformación debe ir acompañada de políticas públicas focalizadas en educación, acceso al sistema formal y protección social, así como incentivos para inversiones en industria e innovación.

Centroamérica: Brechas, comparación y oportunidades
La CEPAL indica que países como Costa Rica y México alcanzan una participación en cadenas globales de valor que duplica la proporción de El Salvador, traduciéndose en una mayor generación de empleo formal y mejores salarios. En Costa Rica, el 28% del valor agregado bruto está ligado a actividades exportadoras insertas en estas cadenas y el diferencial salarial puede superar el 7% respecto al promedio nacional. Por contraste, Honduras y Guatemala presentan desafíos similares a El Salvador, con alta informalidad y bajo dinamismo industrial.
El estudio enfatiza que, en Centroamérica, las brechas en productividad y formalización laboral reflejan diferencias en políticas de desarrollo industrial, integración internacional y capacidad de innovación. La región tiene aún espacio para aprovechar el “nearshoring” y el rediseño de cadenas globales, pero requiere inversión pública y privada, reformas regulatorias y especialización en sectores estratégicos para cerrar la distancia con economías más diversificadas y modernas.

América Latina: Visión y retos compartidos
En el contexto latinoamericano, la informalidad laboral afecta al 50% de los trabajadores, y el crecimiento económico sigue ligado a los avances en modernización productiva y tecnificación industrial. En países más integrados, los empleos formales y los salarios suelen estar mejor protegidos ante crisis internacionales, mientras que la fragmentación y baja especialización perpetúan desigualdades. El informe advierte que la apuesta por el cambio estructural positivo y la ampliación del sector moderno es esencial para superar las trampas de pobreza y de ingresos medios en la región.
Para América Latina en su conjunto, la CEPAL propone fortalecer cadenas productivas, fomentar empleos en industrias avanzadas y mejorar la protección social, como camino indispensable para compatibilizar crecimiento, reducción de desigualdades y bienestar social.
