
El acceso a servicios financieros en El Salvador continúa en expansión, pero enfrenta un desafío clave: evitar que este crecimiento derive en niveles preocupantes de sobreendeudamiento, especialmente entre los microempresarios de subsistencia. Así lo señalan los últimos informes del Banco Mundial y del Observatorio MYPE de FUSAI, que revelan tanto avances significativos como vacíos regulatorios que requieren atención urgente.
Inclusión financiera en aumento: 4 de cada 10 salvadoreños ya están bancarizados
El Informe Global Findex 2025 del Banco Mundial indica que el 40 % de los salvadoreños posee ya una cuenta bancaria, un aumento de 12 puntos porcentuales en cuatro años. Este crecimiento ha sido impulsado por herramientas como Transfer365 y la Política Nacional de Inclusión Financiera, que han simplificado el acceso al sistema financiero.

El problema: la zona gris regulatoria que impulsa el sobreendeudamiento
Pese a los avances, el Observatorio MYPE advierte que la falta de reglas claras permite que usuarios con mora activa puedan seguir accediendo a nuevos créditos. Entre los datos más relevantes se encuentran:
82.6 % de los desertores del sistema formal mantienen préstamos con otras entidades.
3 de cada 10 microempresarios que regresan al sector financiero formal ya presentan algún nivel de mora.
10 % de los microempresarios combina crédito formal con préstamos informales.
Los expertos señalan que la mayor parte de quienes acuden al financiamiento informal lo hacen por gastos familiares urgentes (43.5%), mientras que 41.7 % lo utiliza para sostener la operación de sus negocios.
Competencia intensa y necesidad de nuevos controles
El análisis subraya que el sobreendeudamiento no se debe únicamente a malas prácticas individuales, sino a un sistema altamente competitivo en el que las instituciones buscan colocar crédito a un ritmo acelerado, sin una restricción que impida otorgar préstamos a personas con mora activa.
Especialistas del Observatorio MYPE advierten que este ciclo convierte el crédito —que debería mejorar la productividad— en una herramienta que puede profundizar la vulnerabilidad financiera de los microempresarios.
Bolivia: un modelo regional para fortalecer la regulación
El informe resalta que países como Bolivia lograron equilibrar la inclusión financiera con la sostenibilidad mediante:
- Una central de riesgo fortalecida y con información en tiempos oportunos.
- Criterios uniformes para medir capacidad de pago.
- Mecanismos de rehabilitación para clientes en dificultades.
Este enfoque permitió reducir el sobreendeudamiento, sanear las carteras y proteger tanto a prestatarios como a instituciones financieras.

¿Qué implica esto para El Salvador?
La recomendación principal es avanzar hacia:
- Una mesa técnica entre reguladores, instituciones y gremios del sector.
- Un intercambio de datos casi en tiempo real entre entidades.
- Criterios unificados de elegibilidad para reducir el riesgo.
- Programas de rehabilitación financiera para evitar la exclusión definitiva.
- Un futuro posible: inclusión financiera con sostenibilidad
El Salvador ha logrado avances importantes en bancarización, pero los expertos advierten que el siguiente paso es “cerrar la zona gris” del sistema crediticio. Modernizar el marco regulatorio permitiría que el crédito siga siendo una herramienta de crecimiento y no un factor de vulnerabilidad.
Según el análisis, fortalecer las reglas de juego beneficiaría directamente a los microempresarios —que tendrían acceso a crédito en condiciones más seguras— y a las instituciones financieras, que enfrentarían menos riesgos de mora y carteras más estables.
