
Aunque el acceso a servicios financieros continúa expandiéndose en economías de ingreso bajo y mediano, la salud financiera de los hogares permanece estancada, de acuerdo con los datos más recientes de la base de datos Global Findex.
El informe revela que, pese al aumento en la titularidad de cuentas y en el uso de herramientas digitales, estos avances no se han traducido en una mayor resiliencia económica. Según el Global Findex, solo el 56 % de los adultos podría obtener dinero adicional con facilidad para cubrir un evento inesperado, como la pérdida de ingresos o una emergencia médica, una cifra que no ha mostrado mejoras desde 2021.
Además, los datos muestran que la vulnerabilidad económica es considerable: solo la mitad de los adultos en economías de ingresos bajos y medios sería capaz de cubrir sus gastos durante dos meses o más si perdiera su principal fuente de ingresos. La otra mitad no podría sostenerse más de un mes, reflejando una fragilidad financiera persistente.
Expertos en desarrollo económico señalan que estos resultados evidencian que la inclusión financiera no solo implica abrir una cuenta bancaria o acceder a plataformas digitales, sino también contar con los conocimientos y la capacidad de gestionar recursos de forma efectiva.
Los hallazgos del Global Findex subrayan la necesidad de fortalecer la educación financiera, promover el ahorro y mejorar las condiciones económicas para que más personas puedan construir colchones de emergencia y avanzar hacia una mayor estabilidad financiera.
