
La economía mundial atraviesa uno de sus momentos más complejos en la última década. En un contexto marcado por tensiones comerciales, incertidumbre política y condiciones financieras más estrictas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que el crecimiento sostenido solo será posible si los países adoptan reformas profundas y actúan con decisión ante los desafíos actuales.
Según el organismo, el mundo se encuentra en un punto de inflexión: los flujos de comercio y capital están siendo reconfigurados, mientras las principales economías implementan cambios significativos en sus políticas. Al mismo tiempo, la volatilidad de los mercados aumenta y los márgenes de maniobra fiscal se han reducido por los efectos acumulados de los shocks recientes.

Frente a este escenario, el FMI identifica tres prioridades clave para las autoridades económicas:
- Resolver tensiones comerciales y corregir desequilibrios estructurales
El Fondo subraya la necesidad de restaurar un sistema comercial basado en reglas claras y condiciones equitativas. Instó a evitar políticas distorsionantes, barreras al comercio y medidas diseñadas para obtener ventajas competitivas a costa de otros países. Un comercio fluido, afirma, es esencial para mantener el dinamismo económico global.

- Salvaguardar la estabilidad económica y financiera
El organismo enfatiza que los países deben “poner orden en casa”, lo que implica diseñar planes de ajuste creíbles, consolidar las finanzas públicas a mediano plazo y reconstruir los colchones fiscales.
La reducción de deuda, el fortalecimiento de los marcos fiscales y reformas específicas como reordenamiento del gasto en economías avanzadas y mayor movilización de ingresos en países emergentes serán determinantes.
Asimismo, en momentos de transición, los gobiernos podrían necesitar apoyos focalizados y temporales para proteger a los más vulnerables.
3-Impulsar reformas estructurales para elevar la productividad
Para el FMI, los países deben redoblar sus esfuerzos en modernizar mercados laborales, de productos y financieros, además de invertir en infraestructura y promover la innovación.La institución señala que combatir la corrupción, mejorar el clima de negocios y fomentar la competencia serán elementos esenciales para estimular la productividad y generar empleo.
El avance tecnológico incluida la digitalización y la inteligencia artificial jugará un rol determinante para impulsar el crecimiento potencial.

Además, el FMI advierte que los desequilibrios entre ahorro e inversión dentro de los países pueden derivar en tensiones externas y afectar los flujos de capital. Por ello, insiste en fortalecer la cooperación económica global, ya que equilibrar estas variables contribuirá a una mayor estabilidad interna, externa y mundial.
Pese al panorama complejo, el Fondo mantiene un tono de cauteloso optimismo. Sostiene que, con políticas “deliberadas y bien calibradas”, los países pueden aprovechar fuerzas transformadoras y reducir riesgos.
El organismo reafirma su compromiso como asesor técnico, prestamista de último recurso y facilitador de acuerdos internacionales, asegurando que seguirá apoyando a sus países miembros para fortalecer su resiliencia económica en el mediano y largo plazo.
