ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, identificó una campaña de phishing dirigida a usuarios de móviles que tenía como objetivo a clientes de bancos. Esta novedosa técnica instala una aplicación de phishing desde un sitio web de terceros sin que el usuario tenga que permitir la instalación de aplicaciones de terceros, la misma afecta tanto a usuarios de iOS como Android. La mayoría de los casos conocidos al momento se han producido en Republica Checa, y aplicaciones dirigidas al banco húngaro OTP Bank y al banco georgiano TBC Bank.
El equipo de investigación de ESET identificó una serie de campañas de phishing dirigidas a usuarios móviles que utilizaban tres mecanismos de entrega de URL diferentes: llamadas de voz automatizadas, mensajes SMS y publicidad maliciosa en redes sociales.
La entrega de llamadas de voz se realizó a través de una llamada automatizada que advertía al usuario sobre una aplicación bancaria desactualizada y le pedía que seleccione una opción en el teclado numérico. Tras pulsar el botón correcto, se enviaba una URL de phishing por SMS.
El acercamiento inicial por SMS se realizó mediante el envío indiscriminado de mensajes a números de teléfono checos. El mensaje enviado incluía un enlace de phishing y un texto para que las víctimas realizaran ingeniería social y visitaran el enlace.
La propagación a través de anuncios maliciosos se realizó mediante el registro de anuncios en plataformas Meta como Instagram y Facebook. Estos anuncios incluían una llamada a la acción, como una oferta limitada para los usuarios a que “descargaran una actualización a continuación”. Esta técnica permitió a los actores de amenazas especificar el público objetivo por edad, sexo, etc. Los anuncios aparecían entonces en las redes sociales de las víctimas.
Después de abrir la URL entregada en la primera etapa, las víctimas de Android se encontraban con una página de phishing de alta calidad que imitaba la página oficial de la tienda Google Play para la aplicación bancaria objetivo, o un sitio web de imitación de la aplicación.
A partir de ahí, se pide a las víctimas que instalen una “nueva versión” de la aplicación bancaria. Dependiendo de la campaña, al hacer clic en el botón instalar/actualizar se inicia la instalación de una aplicación maliciosa desde el sitio web, directamente en el teléfono de la víctima, ya sea en forma de WebAPK (sólo para usuarios de Android), o como Aplicación Web Progresiva (PWA, por sus siglas en inglés) para usuarios de iOS y Android. Lo destacado de esta instancia es que elude las advertencias tradicionales de los navegadores de “instalar apps desconocidas”: este es el comportamiento por defecto de la tecnología WebAPK de Chrome, de la que abusan los atacantes.
El proceso es un poco diferente para los usuarios de iOS, ya que una ventana emergente animada indica a las víctimas cómo añadir la PWA de phishing a su pantalla de inicio. La ventana emergente copia el aspecto de los mensajes nativos de iOS. Al final, no se advierte a los usuarios de iOS sobre la adición de una aplicación potencialmente dañina a su teléfono.
Tras la instalación, se pide a las víctimas que introduzca sus credenciales bancarias por Internet para acceder a su cuenta a través de la nueva aplicación de banca móvil. Toda la información facilitada se envía a los servidores de C&C de los atacantes.
Los anuncios maliciosos incluían una mezcla de la mascota oficial del banco (camaleón azul), así como logotipos del banco y texto que prometía una recompensa económica al instalar la aplicación o advertía a los usuarios de que se había lanzado una actualización crítica.