El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado su actualización del informe sobre el crecimiento mundial, titulado «La economía mundial contra las cuerdas». Según el informe, se proyecta un crecimiento mundial del 3.2% para 2024, manteniendo la misma estimación que en el informe anterior de abril. Sin embargo, para 2025, se espera un aumento en la proyección del crecimiento global al 3.3%, representando un incremento de un punto porcentual con respecto al 3.2% previamente previsto para ese año.
En contraste, las proyecciones para la región latinoamericana han permanecido estables en comparación con el informe anterior, con un crecimiento del 1.7% esperado para 2024 y del 1.8% para 2025. Esta continuidad en las proyecciones se atribuye principalmente a la persistencia de la inflación de precios de los servicios, lo cual complica la normalización de la política monetaria en la región.
El informe destaca que las condiciones económicas globales muestran signos de fortaleza al comienzo del año, impulsadas en gran medida por el aumento en las exportaciones y el comercio internacional, especialmente en el sector tecnológico. No obstante, persisten riesgos significativos, como las crecientes tensiones comerciales y la incertidumbre en las políticas económicas a nivel mundial.
El personal técnico del FMI basa sus proyecciones en revisiones al alza de los precios de las materias primas. Se anticipa un aumento del 5% en los precios de las materias primas no combustibles para 2024, mientras que se espera que los precios de las materias primas energéticas disminuyan aproximadamente un 4.6% en el mismo período. Estas previsiones juegan un papel crucial en la evaluación de las perspectivas económicas globales y regionales para los próximos años. Aunque la actividad económica mundial y el comercio internacional muestran una recuperación robusta, persisten desafíos significativos que podrían afectar las proyecciones de crecimiento global y regional. La evolución de los precios de las materias primas y las políticas económicas globales seguirán siendo factores clave a monitorear para entender la trayectoria futura de la economía mundial.