A causa de los nuevos aranceles las fresas ahora cuestan hasta US$5 la libra y los aguacates alcanzan los US$2, lo que impacta directamente el bolsillo de los consumidores estadounidenses. Según el Departamento de Agricultura de los EE.UU., el aguacate es uno de los productos más importados, con un valor de US$3,100 millones en 2024. Además, México abastece más del 50% de las frutas frescas y cerca del 70% de las verduras importadas.

El aumento en los costos de importación ha llevado a minoristas como Target a advertir que trasladarán estos costos a los clientes. Algunos de los efectos ya se reflejan en los estantes: una naranja cuesta US$0.88, un tomate alcanza los US$1.98 y un chile pequeño llega a US$0.86. Incluso las mazorcas, se vende a US$0.75 por unidad.
Para El Salvador, esta medida podría tener efectos mixtos. Por un lado, el encarecimiento de los productos mexicanos podría abrir una oportunidad para que exportadores salvadoreños aumenten sus envíos de frutas y verduras a EE.UU. Sin embargo, al ser un país que importa muchos alimentos desde Norteamérica, también podría enfrentar un aumento en los costos de algunos productos básicos.

El impacto en la economía salvadoreña dependerá de la reacción del mercado. Si EE.UU. busca proveedores alternativos a México, países como El Salvador podrían beneficiarse con mayores exportaciones.

Mientras Trump defiende los aranceles como una estrategia para reducir el déficit comercial agrícola de EE.UU., el impacto en los mercados internacionales apenas comienza a sentirse. Para El Salvador, el desafío será aprovechar las oportunidades que surjan y mitigar los efectos negativos en su economía.