
El Fondo Social para la Vivienda (FSV) cerró 2025 con una inversión histórica de US$1,062.74 millones en créditos habitacionales, un esfuerzo que permitió beneficiar a 46,047 familias salvadoreñas durante la gestión del presidente Nayib Bukele. Este monto refleja una de las apuestas más fuertes del Estado por dinamizar el sector vivienda, impulsar la economía y facilitar el acceso a casa propia para miles de hogares en todo el país.
De acuerdo con los datos oficiales del FSV, la mayor parte de esta inversión se concentró en créditos para vivienda usada y otras líneas, que sumaron US$480.15 millones, beneficiando a 24,078 familias. A esto se añaden los créditos para vivienda nueva, con una inversión de US$454.62 millones destinados a 12,385 familias, fortaleciendo el desarrollo habitacional y la construcción, un sector clave para la generación de empleo y el crecimiento económico.

Un componente relevante dentro de esta inversión corresponde a los activos extraordinarios, que alcanzaron US$127.97 millones y permitieron entregar 9,584 viviendas. Estas casas, que anteriormente se encontraban abandonadas, usurpadas o en mal estado, pudieron ser recuperadas y reconstruidas gracias al contexto de mayor seguridad en el país, convirtiéndose nuevamente en hogares para miles de familias salvadoreñas.
Solo en 2025, el FSV reportó una inversión anual de US$195.46 millones, con la cual se benefició a 6,238 familias, convirtiendo este año en el de mayor nivel de escrituración en la historia de la institución. Este resultado evidencia un fortalecimiento sostenido de la capacidad financiera y operativa del Fondo, así como una mayor demanda de créditos habitacionales.
Durante el año, la inversión se distribuyó en US$103.79 millones para vivienda nueva, con 2,542 créditos otorgados; US$79.85 millones en vivienda usada y otras líneas, que beneficiaron a 2,965 familias; y US$11.82 millones en activos extraordinarios, destinados a 731 viviendas. Esta diversificación permitió atender distintos perfiles de familias y necesidades habitacionales.

La inversión del FSV no solo impacta directamente a las familias beneficiadas, sino que también tiene efectos multiplicadores en la economía. El financiamiento para vivienda activa la construcción, la compra de materiales, los servicios profesionales y el comercio local, generando empleo y movimiento económico en distintos sectores.
Con estos resultados, el Fondo Social para la Vivienda consolida su papel como una de las principales herramientas del Estado para facilitar el acceso a vivienda digna, al tiempo que contribuye al desarrollo económico y social del país. La inversión acumulada durante la gestión actual marca un precedente en el financiamiento habitacional y refleja una política sostenida orientada a mejorar la calidad de vida de las familias salvadoreñas.
