La Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), a través de su área de Macroeconomía y Desarrollo, ha presentado su Informe sobre la Situación Económica de El Salvador, destacando un panorama mixto para el año 2023 y las perspectivas para 2024 y 2025.
La economía salvadoreña ha mostrado signos de desaceleración en 2024. El Índice de Volumen de Actividad Económica (IVAE) revela un decrecimiento del -0.62% en abril de 2024, comparado con un crecimiento del 4.24% en abril de 2023. Este descenso se debe principalmente a la contracción del sector de la construcción, que disminuyó un 16.79% en abril de 2024 después de haber crecido un 26.56% en el mismo mes del año anterior.
El sector industrial muestra una leve recuperación con un incremento del 0.4% en abril de 2024, en contraste con una caída del -0.54% en abril de 2023. Sin embargo, otros sectores como los servicios profesionales y la administración pública han registrado contracciones del -3.25% y -3.29%, respectivamente.
El Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre de 2024 creció un 2.2%, inferior al 4.35% registrado en el cuarto trimestre de 2023. Se espera que el crecimiento económico para todo el año 2024 se mantenga entre el 3.0% y 3.5%, según el BCR y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La inflación ha sido un desafío persistente. En junio de 2024, la tasa de variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 1.48%, una disminución respecto al 3.78% de junio de 2023. Sin embargo, la inflación subyacente ha vuelto a incrementarse desde abril de este año, reflejando el impacto de factores estacionales y climáticos en los precios de alimentos.
La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples determinó que el salario promedio en El Salvador en el año 2023 fue de US$407.92 dólares, lo que con respecto al año 2022 indica un incremento de sólo US$30.06 dólares; lo que no compensa el aumento del costo de la canasta básica. Así por ejemplo un salario promedio en 2022 permitía adquirir 1.66 veces la canasta básica alimentaria en la zona urbana y 2.31 veces la canasta básica en la zona rural, pero para 2023, está relación se deteriora a 1.64 veces la canasta básica urbana y 2.16 la canasta básica rural.
En el ámbito del sector externo, las remesas, una fuente vital de ingresos para las familias salvadoreñas, totalizaron US$3,390.4 millones en mayo de 2024, un aumento del 1.76% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, este crecimiento es menor en comparación con años previos.
La balanza comercial ha mostrado un déficit creciente, alcanzando los US$3,872.8 millones en mayo de 2024. Las exportaciones cayeron a US$2,699.08 millones, mientras que las
importaciones aumentaron a US$6,571.88 millones. Este déficit se atribuye en parte a la desaceleración de la demanda mundial y la competencia internacional. El sector maquila, fundamental para las exportaciones, ha sufrido una disminución significativa, con una caída del 17% en mayo de 2024 en comparación con el año anterior.
Por su parte, el sector bancario ha mostrado resiliencia pese a los desafíos económicos. Las actividades financieras crecieron un 10.11% en abril de 2024, impulsadas por un aumento en los créditos y depósitos. Sin embargo, el sector enfrenta riesgos asociados a la alta inflación y la desaceleración económica global.
En el plano de las finanzas públicas, el gasto público ha jugado un papel crucial en sostener la economía. El incremento en la inversión pública, especialmente en infraestructura, ha impulsado sectores como la construcción. No obstante, el déficit fiscal sigue siendo una preocupación, exacerbado por los altos niveles de endeudamiento público.
La recaudación de impuestos ha mostrado una mejora, pero sigue siendo insuficiente para cubrir el creciente gasto público. La sostenibilidad fiscal a largo plazo requerirá medidas de ajuste fiscal y una reforma tributaria integral para aumentar los ingresos del estado.
El gasto total está imparable. Según la clasificación económica, muestran un aumento considerable los rubros de gastos en consumo, intereses e inversión bruta, pero curiosamente el gasto orientado hacia terceros y el sector privado se ha reducido: el gasto en transferencias corrientes –que incluye los subsidios y algunas transferencias hacia el sector privado– así como también las transferencias de capital que son recursos que anteriormente daba el gobierno a las comunas para realizar inversión pública (el 75% del extinto FODES).
El informe destaca los desafíos para la economía salvadoreña en 2024. La desaceleración del crecimiento económico y la persistente inflación requieren una respuesta coordinada de políticas públicas. Las remesas y la inversión pública seguirán siendo pilares importantes, mientras que el sector bancario deberá gestionar los riesgos asociados a la economía global. El enfoque en la sostenibilidad fiscal será crucial para garantizar la estabilidad económica a largo plazo. Se espera, de acuerdo con las proyecciones de los organismos internacionales, que el país crezca un 3.0% y cierre con una inflación cercana a 1.0% en 2024. A mayo hay señales de ralentización de la economía por lo que el crecimiento previsto puede ser menor.