Con una inversión inicial de US$5 millones, la Asamblea Legislativa de El Salvador ha reafirmado su compromiso con el futuro de la juventud salvadoreña, entregando un segundo paquete de becas del programa “Dagoberto Gutiérrez”. Este esfuerzo educativo tiene como fin proporcionar oportunidades a jóvenes talentosos, especialmente aquellos provenientes de comunidades de escasos recursos y zonas vulnerables que han sido afectadas por la violencia.

En un acto emotivo, 100 nuevos estudiantes fueron oficialmente notificados y recibieron su apoyo para continuar con sus estudios universitarios. Con esta entrega, el número total de beneficiarios asciende a 250 jóvenes, quienes ahora tienen la posibilidad de perseguir sus metas profesionales. El programa demuestra cómo los ahorros generados por la actual administración pública pueden ser reinvertidos en el desarrollo social.
El parlamentario Ernesto Castro, presidente de la Asamblea, destacó la visión del presidente Nayib Bukele, enfocada en que la función pública sirva al bienestar de la mayoría. A su vez, envió un mensaje de aliento a los becarios, recordándoles que cada acto de bondad y solidaridad contribuye a edificar una sociedad más justa y digna.

Una de las estudiantes beneficiadas, Dania Nolasco Villatoro, compartió un conmovedor discurso en representación de sus compañeros. Ella enfatizó la importancia de la educación como una puerta para alcanzar sus sueños y aportar de forma significativa a sus familias y a su país. La joven expresó su gratitud por esta oportunidad que abre un camino hacia un futuro prometedor.

El programa “Dagoberto Gutiérrez” fue lanzado el 5 de julio de 2024, con la primera entrega de 150 becas entre diciembre de ese año y enero de 2025. La segunda convocatoria se anunció en mayo de 2025 y culminó en agosto con esta nueva entrega. Este programa solidario demuestra una fuerte apuesta por el desarrollo educativo como pilar de la transformación social.
El Órgano Legislativo continúa destinando recursos financieros en la formación de líderes y profesionales que, en un futuro cercano, podrán contribuir al desarrollo económico y social de la nación. La inversión en educación superior se percibe como una de las mejores herramientas para impulsar el progreso de las comunidades que más lo necesitan y de El Salvador en general.