Alejandra Ortiz 
El Salvador está viviendo un auge en la atracción de inversiones, respaldado por la creación de más de 4,400 empresas registradas hasta octubre de 2024. Este dinamismo es resultado de una transformación integral en el clima económico y la seguridad del país, lo que permite tanto a nuevas compañías como a las ya existentes ampliar sus operaciones. Este avance genera un impacto directo en la generación de empleos y el desarrollo económico sostenible.
María Luisa Hayem, ministra de Economía, destacó que El Salvador ha eliminado barreras históricas como la inseguridad y la burocracia, factores que en el pasado limitaban el crecimiento. “Hoy en día, las empresas encuentran en El Salvador las condiciones necesarias para decidir invertir y expandirse”, afirmó la funcionaria.
El contexto favorable se ha visto potenciado por un marco jurídico más moderno y competitivo. Entre las reformas recientes, se destaca la posibilidad de crear una empresa en un solo día y la exoneración de impuestos sobre transferencias de capital al país. Estas medidas han contribuido a que los inversionistas nacionales y extranjeros encuentren un ambiente más accesible y rentable.
En 2023, se registraron más de 3,340 nuevas empresas; sin embargo, en menos de un año, esta cifra fue ampliamente superada, alcanzando las más de 4,400 compañías en 2024. Con un crecimiento de la inversión del 9% durante el primer mandato presidencial, El Salvador se posiciona como un destino atractivo para el capital nacional e internacional. El compromiso por consolidar este avance es clave para garantizar que los beneficios lleguen a todos los salvadoreños.
Además, las estrategias de seguridad implementadas han sido un pilar fundamental para atraer inversiones. El retorno de la tranquilidad al territorio salvadoreño ha fortalecido la confianza empresarial, permitiendo no solo la llegada de nuevas compañías, sino también el incremento en la actividad económica local.
El dinamismo empresarial también se refleja en el creciente interés de la diáspora salvadoreña, que ha comenzado a participar activamente en proyectos de inversión. Este sector ha visto en las nuevas condiciones del país una oportunidad para contribuir al desarrollo económico mientras fortalecen sus lazos con su tierra natal.
