Denis Muñoz 
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 60% de los trabajadores y el 80% de las empresas en el mundo operan en el sector informal. Este fenómeno, lejos de disminuir con el tiempo, ha mostrado una tendencia creciente en varios países, contradiciendo las expectativas iniciales. La informalidad está estrechamente relacionada con altos índices de pobreza y graves déficits en las condiciones laborales, lo que perpetúa desigualdades sociales y económicas.
El sector informal se caracteriza por la falta de protección laboral, bajos ingresos y la ausencia de beneficios sociales como pensiones o acceso a la salud. Este contexto dificulta la generación de trabajo decente y refuerza ciclos de precariedad y vulnerabilidad. La OIT advierte que, sin acciones concretas para formalizar estas economías, el trabajo decente para todos seguirá siendo una meta inalcanzable.
La formalización de la economía es un proceso complejo que demanda tiempo y esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas y trabajadores. Requiere la implementación de políticas que combinen reformas legales y regulatorias con el fomento de la productividad y la capacidad de generar riqueza. Estas medidas no solo buscan reducir la informalidad, sino también promover economías más inclusivas y equitativas.
Para una parte significativa de la fuerza laboral, la mejora de las condiciones de trabajo representa el primer paso hacia la formalización. Reducir los déficits de trabajo decente, como salarios bajos o jornadas excesivas, es crucial para garantizar una transición gradual hacia el empleo formal. Estas medidas también contribuyen a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, fortaleciendo la cohesión social.
Los avances logrados por algunos países en la reducción de la informalidad demuestran que la formalización es un objetivo alcanzable. Estas experiencias subrayan la importancia de políticas integrales que aborden las causas estructurales de la informalidad. A largo plazo, el compromiso sostenido con la formalización es esencial para construir sociedades más justas y garantizar oportunidades laborales dignas para todos.
