La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que, en 2025 alrededor de 262 millones de jóvenes, es decir, uno de cada cuatro entre 15 y 24 años, no tendrán empleo ni estarán estudiando o recibiendo formación. Este grupo, conocido como NiNi, representa un desafío no solo social, sino también económico, pues limita la incorporación de nuevas generaciones al mercado laboral y frena el potencial productivo de los países.

La reducción de la tasa de NiNi forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible 8.6 de la ONU, que busca mejorar la integración juvenil en la economía global. Sin embargo, según el informe “Tendencias mundiales del empleo juvenil 2024”, de los 110 países que concentran a más de la mitad de la juventud mundial, solo ellos están en camino de cumplir la meta, mientras que las naciones de bajos ingresos han visto un aumento considerable de este indicador tras la pandemia.
Desde una perspectiva económica, la proporción de NiNis es un indicador más representativo que el desempleo juvenil, ya que incluye a jóvenes fuera del mercado laboral y del sistema educativo, muchos de los cuales no buscan empleo por falta de oportunidades, desánimo o responsabilidades de cuidado. Esta situación reduce la base de contribuyentes, limita la innovación y aumenta la presión sobre los sistemas de asistencia social.

Además, el impacto es desigual: las mujeres jóvenes son mayoría entre los NiNi, lo que acentúa las brechas de género en el acceso a ingresos y seguridad económica. La falta de participación en el empleo o la educación no solo significa pérdida de ingresos presentes, sino también menores posibilidades de inserción futura y una reducción en la productividad general del país.
La OIT advierte que revertir esta tendencia requiere inversiones simultáneas en educación, capacitación laboral y generación de empleo de calidad. Integrar a los jóvenes al mercado productivo no solo es clave para su desarrollo personal, sino también para sostener el crecimiento económico y evitar un incremento en la exclusión social de largo plazo.
