Las previsiones para el mercado laboral en 2025, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destacan varias tendencias y desafíos importantes. En primer lugar, la OIT prevé que la economía seguirá ajustándose a los cambios estructurales acelerados por la pandemia, como la digitalización y el teletrabajo, lo cual influirá en la demanda de habilidades y competencias específicas.
Un tema crucial será la transición hacia trabajos verdes y sostenibles. La OIT enfatiza la necesidad de políticas que promuevan la creación de empleos en sectores que contribuyan a la sostenibilidad ambiental. Esto incluirá una mayor inversión en tecnologías limpias y la reconfiguración de industrias tradicionales para reducir su huella de carbono, lo cual podría generar nuevas oportunidades laborales, especialmente en economías emergentes.
La desigualdad laboral también será un desafío persistente. La OIT advierte que, a pesar de las políticas implementadas para mitigar los efectos de la pandemia, las brechas de ingresos y oportunidades entre diferentes grupos sociales podrían ampliarse. Los trabajos informales, que ya representan una gran parte de la economía en muchos países en desarrollo, seguirán siendo una preocupación, ya que suelen estar asociados con condiciones laborales precarias y sin protección social.
Otro aspecto relevante es la evolución del trabajo decente. La OIT destaca la importancia de mejorar la calidad del empleo mediante el fortalecimiento de los derechos laborales, la seguridad social y las condiciones de trabajo. Esto es esencial para garantizar que el crecimiento económico se traduzca en mejoras reales en la vida de los trabajadores. Se espera que la presión por mejorar el trabajo decente se intensifique, especialmente en el contexto de una mayor conciencia social y política sobre la justicia laboral.
La OIT subraya la necesidad de políticas activas del mercado laboral que apoyen la formación y la re-capacitación de la fuerza laboral. Dada la rápida evolución tecnológica y los cambios en la estructura del empleo, los programas de formación continua y la educación técnica y profesional serán fundamentales para mantener la empleabilidad de los trabajadores y cerrar la brecha de habilidades existente en muchos sectores. El mercado laboral en 2025 se caracterizará por una recuperación desigual, la necesidad de transiciones hacia trabajos más sostenibles, la lucha contra la desigualdad laboral, la promoción