
Los precios del petróleo se encaminan a registrar su mayor ganancia semanal desde finales de octubre, impulsados por una combinación de tensiones geopolíticas, medidas de presión de Estados Unidos sobre Venezuela y un reciente ataque militar estadounidense en Nigeria. No obstante, este repunte ocurre en un contexto de debilidad estructural del mercado, ya que el crudo también se dirige a su mayor caída anual desde 2020.
De acuerdo con Bloomberg Línea, durante la semana, el petróleo Brent, referencia internacional, se ha mantenido por encima de los 62 dólares por barril, acumulando un alza superior al 3%, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) supera los 58 dólares. Este comportamiento refleja la sensibilidad del mercado ante eventos políticos y de seguridad que afectan a países productores clave.
Uno de los factores centrales ha sido el endurecimiento de las acciones de Estados Unidos contra las exportaciones de crudo venezolano. Según fuentes cercanas al tema, la Casa Blanca ordenó a sus mandos concentrarse durante los próximos dos meses en poner en cuarentena el petróleo venezolano, priorizando un bloqueo operativo sobre opciones militares. En este contexto, un petrolero sancionado que era perseguido por fuerzas estadounidenses se alejó recientemente de aguas venezolanas, evidenciando el aumento de la presión sobre el país sudamericano.

A este escenario se suma la inestabilidad en África, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump confirmara el lanzamiento de un “ataque poderoso y letal” contra objetivos del Estado Islámico en el noroeste de Nigeria. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, advirtió que podrían producirse más acciones. Nigeria, miembro de la OPEP, produjo alrededor de 1.5 millones de barriles diarios en noviembre, por lo que cualquier alteración en su estabilidad genera inquietud en los mercados energéticos.
Pese al repunte semanal, el panorama de fondo sigue siendo complejo. El Brent acumula una caída anual cercana al 16%, encaminándose a su peor desempeño desde 2020. Esta tendencia responde a las expectativas de un superávit global de crudo en 2026, ya que la mayoría de los principales operadores del mercado anticipan un exceso de oferta, impulsado por el aumento de la producción tanto dentro como fuera del grupo OPEP+.
Analistas señalan que, aunque los conflictos geopolíticos han brindado cierto soporte a los precios, no han sido suficientes para revertir las presiones bajistas de largo plazo. “Los precios del petróleo se han visto respaldados por los sólidos datos macroeconómicos de Estados Unidos y la inestabilidad geopolítica durante la última semana”, explicó Kirill Bakhtin, analista sénior de petróleo y gas de BCS Financial Group. Sin embargo, advirtió que, ante la ausencia de nuevos datos económicos estadounidenses en el corto plazo, los precios podrían registrar una ligera caída, a menos que la política internacional continúe influyendo de forma decisiva.

Otro elemento que ha favorecido a las materias primas es el debilitamiento del dólar estadounidense. El índice ha retrocedido 0.7% en la semana, lo que abarata el precio del crudo y otros commodities para compradores que operan con monedas distintas al dólar, incentivando la demanda.
En paralelo, el contexto geopolítico europeo también sigue generando atención. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció que acordó con Trump una próxima reunión, tras una “muy buena conversación” con los enviados estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner, con el objetivo de explorar vías para poner fin a la guerra con Rusia. Medios locales indicaron que Zelenskiy podría viajar a Florida, donde Trump pasa las vacaciones de Navidad, lo que añade otro factor de incertidumbre y expectativa en los mercados globales.
En conjunto, el mercado petrolero se mueve entre repuntes coyunturales por conflictos y presiones políticas, y una perspectiva anual marcada por el exceso de oferta y la debilidad estructural de los precios, configurando un escenario volátil para el cierre del año y el inicio del próximo.
