La producción de maíz en El Salvador se mantiene como un pilar fundamental para la seguridad alimentaria y la economía rural. La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) ha revelado datos clave sobre la inversión y el rendimiento en este cultivo esencial.

Según CAMPO, un agricultor invierte alrededor de US$625 en insumos para cultivar una manzana de maíz. Al sumar los costos de mano de obra, la inversión total supera los US$1,000, reflejando el esfuerzo y los recursos necesarios para esta actividad agrícola.

A pesar de la inversión, los resultados son alentadores, con una producción de al menos 42 quintales por manzana. Este rendimiento no solo asegura el abastecimiento local, sino que también contribuye a la sostenibilidad económica de las familias agricultoras.
La dinámica del mercado local es otro factor positivo, con centros de abastecimiento donde más del 70% de los productos comercializados provienen de la producción nacional. Esto, junto con la configuración de los agromercados, elimina la figura del intermediario.

Esta estructura permite que los productos pasen directamente de las manos de los agricultores a los compradores, beneficiando a ambas partes. Este modelo potencia la economía local y asegura precios más justos para los productores y consumidores salvadoreños.