El Salvador está atrayendo el interés de inversionistas en energía renovable, con un enfoque particular en proyectos solares. Según Jorge Arriaza, Presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), alrededor de 15 a 20 empresas ya han mostrado su interés en invertir en el país. La principal apuesta del sector es desarrollar la zona oriental del país a través de la instalación de plantas fotovoltaicas y, en menor medida, eólicas.

Gustavo Chávez, director de la ASI, destacó la importancia de una colaboración regional para el desarrollo de las energías renovables. Enfatizó que es crucial trabajar con otros países centroamericanos para expandir el mercado eléctrico, el cual, con 28 años de existencia, ya es un sistema maduro con intercambios diarios de energía entre naciones. Este marco de cooperación permite a los países satisfacer sus necesidades de oferta y demanda.

Estos temas son el eje central del Congreso Regional de Energía (CORE) 2025, que se celebra esta semana y se extenderá hasta el viernes. El evento reúne a expertos para abordar el futuro de la energía, la digitalización de la industria, la integración de nuevas infraestructuras y el impacto de las políticas públicas en el sector energético de la región. El CORE también presenta una feria de exposición con diversas empresas del rubro.

Según Arriaza, la generación de energía renovable es el “camino correcto” para reducir los costos de la electricidad en el país. El presidente de la ASI explicó que la energía generada a partir del búnker es la más costosa, por lo que la transición a fuentes limpias podría lograr una notable reducción de los precios. La industria es el mayor consumidor de energía en El Salvador, acaparando cerca del 40 % de la producción nacional.
El congreso incluye tres jornadas de ponencias y una feria de exposición donde participan empresas del sector. Las discusiones se centran en el futuro de la producción y distribución de la electricidad para satisfacer la creciente demanda energética en la región. Los expertos analizan cómo las nuevas tecnologías y los marcos regulatorios pueden impulsar la sostenibilidad y la eficiencia.