La Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA) informó que los bancos salvadoreños continúan consolidándose como actores fundamentales en el crecimiento económico del país, gracias a una gestión prudente y una estructura financiera sólida. Con indicadores positivos en solvencia, liquidez y calidad de activos, el sistema bancario nacional mantiene su papel protagónico en el financiamiento de actividades productivas y personales, apoyado principalmente en la confianza de los depositantes.

El crédito bancario sigue siendo un pilar esencial para la dinamización económica, con una cartera bruta que asciende a US$17,716.3 millones. De este total, el 51% corresponde a préstamos empresariales, que crecieron un 7.8%, destacándose los sectores de construcción (+23.6%), comercio (+9.7%) y servicios (+8.7%). El crédito a familias también muestra dinamismo, especialmente en vivienda (+3.6%) y préstamos personales (+4.6%).
En cuanto a los depósitos, el sistema bancario registró un incremento interanual del 11.3%, alcanzando los US$19,678.9 millones. Las captaciones a la vista crecieron 12.6%, mientras que las captaciones a plazo aumentaron 9.2%, reflejando la confianza de la población y la preferencia por instrumentos de ahorro a mediano y largo plazo.

La banca digital se consolida como un motor de la economía salvadoreña, con más de 1.7 millones de transferencias interbancarias realizadas en el último año, representando un crecimiento del 59%. En términos de monto, estas transferencias sumaron US$1,067 millones, lo que implica un aumento del 32%. Este avance evidencia la creciente adopción de canales digitales y su impacto positivo en la eficiencia del sistema financiero.
El sistema bancario también muestra una fortaleza patrimonial sólida, con un patrimonio de US$2,615.9 millones y un crecimiento del 6.4% interanual. Además, el indicador de solvencia se mantiene en 14.34%, por encima del mínimo legal del 12%, lo que refleja una adecuada gestión del riesgo y solidez financiera.

Los datos confirman la resiliencia y dinamismo del sistema bancario salvadoreño. Su papel como canalizador de recursos, promotor de la inclusión financiera y facilitador del crecimiento económico es clave para el desarrollo sostenible del país.