El Banco Mundial informa que las previsiones económicas para el período 2024-25 sugieren un crecimiento promedio del 4% en las economías en desarrollo, lo que representa una ligera desaceleración en comparación con el año 2023. En contraste, las economías de ingresos bajos se beneficiarán de una aceleración en su crecimiento, que se prevé alcanzará el 5% en 2024, frente al 3.8% registrado en 2023. Este aumento refleja un optimismo renovado en estos sectores, impulsado posiblemente por mejoras en sus condiciones económicas internas y externas.
Por otro lado, las economías avanzadas experimentarán un crecimiento estable del 1.5% en 2024, con una ligera mejora al 1.7% en 2025. Esta estabilidad sugiere una recuperación moderada, pero sostenida, en comparación con las tasas más elevadas de crecimiento observadas en el pasado. La dinámica en estas economías puede estar influenciada por factores como la política monetaria y la evolución de la demanda interna.
En términos de inflación global, se espera una moderación en los próximos años. Se prevé que la inflación mundial se reduzca al 3.5% en 2024 y al 2.9% en 2025. Sin embargo, el ritmo de descenso es más lento de lo anticipado hace seis meses. Esta desaceleración en la disminución de la inflación implica que los bancos centrales podrían adoptar una postura más cautelosa en cuanto a la reducción de las tasas de interés, manteniéndolas en promedio en el 4% durante el período 2025-26.
En comparación con el período 2000-19, en el que las tasas de interés eran aproximadamente la mitad del promedio proyectado para 2025-26, la postura más rígida de los bancos centrales refleja un entorno económico y de inflación diferente. La persistencia en tasas de interés más altas sugiere que las economías globales enfrentan desafíos inflacionarios persistentes, lo que requiere una vigilancia continua y una política monetaria ajustada.