La región de Centroamérica y República Dominicana (CARD) ha alcanzado un hito económico significativo, al registrar un monto de remesas superior a los US$15 mil millones hasta marzo de 2025. Este impresionante flujo de capital, que ha experimentado un notable aumento en torno al 20%, subraya la importancia vital de la diáspora en el sostenimiento y dinamismo de las economías locales, según el reciente panorama macroeconómico de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA).

Esta cifra, presentada por el secretario ejecutivo del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA), Francisco Marte Alevante, es un testimonio de la resiliencia y el apoyo económico transfronterizo que caracteriza a la región.
Según las perspectivas del SECMCA, para los años 2025 y 2026, las proyecciones se mantienen optimistas, con un crecimiento estimado alrededor del 3.5% y 3.6% respectivamente, consolidando una tendencia de expansión sostenida. El secretario Marte destacó la necesidad de fortalecer las bases para un crecimiento económico duradero, enfatizando la inversión en infraestructura y capital humano, así como la facilitación del acceso al financiamiento mediante políticas de inclusión financiera.

Un factor clave que contribuye a esta estabilidad es el control inflacionario. Marte señaló que la inflación en la región se encuentra dentro del rango meta de la mayoría de los bancos centrales, ubicándose por debajo del 3%. Las proyecciones indican tasas de inflación alrededor de 2.3% en 2025 y 3.2% en 2026, lo que genera un ambiente de certidumbre para la inversión y el consumo, y mejora el poder adquisitivo de las remesas recibidas.

En el ámbito de las finanzas públicas, el secretario Marte resaltó que, a pesar de un contexto de creciente incertidumbre global, la región centroamericana ha mantenido una política fiscal prudente. Esto se ha traducido en una reducción del saldo de la deuda pública respecto al PIB por segundo año consecutivo, un logro significativo que mejora la percepción de riesgo país. Esta gestión fiscal responsable genera condiciones favorables para garantizar la estabilidad macroeconómica y atraer inversiones, lo que a su vez complementa el impacto positivo de las remesas.