La región centroamericana proyecta un escenario positivo para 2024, con un incremento en los términos de intercambio impulsado por la caída de los precios de importación de hidrocarburos y alimentos. Según datos recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los países de Centroamérica como El Salvador, el país se sitúa con un crecimiento del 2% en sus términos de intercambio, alineándose con el promedio proyectado para América Latina y el Caribe.
Nicaragua y Guatemala, verán una mejora de hasta un 4% y 5% en sus términos de intercambio, lo que sugiere un impacto favorable para sus economías, especialmente por ser importadores netos de estos productos.
Esta leve mejoría refleja una estabilidad en los precios de importación y exportación, aunque el país no se verá tan beneficiado como sus vecinos centroamericanos que registran cifras más altas. Sin embargo, esta mejora permitirá un alivio económico ante las fluctuaciones globales.
Más de la mitad de los países de América Latina y el Caribe verán efectos positivos en sus términos de intercambio, como Belice con un 5% cada uno. Esto se debe en gran parte a la estabilización de los precios de exportación, que no han caído tanto como los precios de las importaciones, especialmente de productos como alimentos y energía.
Por otro lado, los países exportadores de productos agropecuarios, como Argentina y Uruguay, sufrirán una contracción en sus términos de intercambio. La caída proyectada para estos países es de hasta un 5%, afectando su balanza comercial de manera significativa. La baja en los precios de los productos que exportan se traduce en menores ingresos y un escenario económico más adverso.
Los exportadores de hidrocarburos, como Bolivia, enfrentan el mayor deterioro, con una caída del 8%. Este panorama regional refleja la diversidad de impactos económicos según la estructura de importaciones y exportaciones de cada país, donde Centroamérica sale bien ubicada en comparación con otras regiones.