
La economía de El Salvador se encuentra en una fase de crecimiento moderado y sostenido, impulsada principalmente por la demanda interna, pero afronta riesgos externos significativos. Según las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador crecerá un 2.4% en 2025, cifra ligeramente inferior al 2.6% registrado en 2024.
Este pronóstico se apoya en el aumento del salario mínimo, el mayor acceso al crédito y el auge del turismo. No obstante, el sector exportador enfrenta un panorama de debilidad debido a la potencial imposición de aranceles del 10% a las exportaciones destinadas a Estados Unidos y un menor dinamismo de sus principales socios comerciales.

El impulso interno y el freno externo para 2025
La principal fuerza impulsora del crecimiento económico para 2025 será la demanda interna. El consumo de los hogares se verá directamente beneficiado por el incremento generalizado del 12.0% al salario mínimo, que entró en vigor el 1 de junio de 2025. A esto se suma un mayor acceso al crédito y el constante ingreso de remesas familiares, que en 2024 sumaron $8,480 millones (equivalente al 24.0% del PIB).
En contraste, el sector externo presenta el mayor desafío:
Riesgo Arancelario: La imposición de aranceles del 10% a las exportaciones salvadoreñas a Estados Unidos se perfila como la principal amenaza.
Exportaciones a la Baja: El sector exportador ya mostró atonía en 2024, con una caída del 0.8% en exportaciones de bienes , y se espera que la debilidad se mantenga.
Los motores de la economía en 2024: crédito y turismo
A pesar de las condiciones climáticas extremas y la atonía exportadora que ralentizaron el PIB en 2024, el crecimiento fue sostenido por sectores clave:
Sector Financiero en Expansión: Las actividades financieras fueron el rubro con mayor crecimiento en 2024, expandiéndose un 8.4%. El saldo total de los préstamos bancarios creció un 6.4% interanual, impulsado por una mayor liquidez del sistema.
El Boom de la Construcción: El crédito destinado al sector de la construcción fue el que más creció, con un 15.2% en 2024, y un notable 19.7% al cierre del primer trimestre de 2025.

Turismo y Servicios: Las actividades de alojamiento crecieron un 6.4%. El auge del turismo internacional, favorecido por la mejora en la seguridad pública, atrajo 3.9 millones de visitantes en 2024.
Estabilidad financiera y reforma fiscal
En el ámbito fiscal y financiero, El Salvador logró avances importantes que mejoran el panorama de riesgo:
Acuerdo con el FMI: En febrero de 2025 se firmó un Acuerdo de Servicio Ampliado (SAF) con el FMI por $1,400 millones, con la meta de incrementar el saldo positivo del balance primario en un 3.5% del PIB en tres años.

Deuda y Calificación: La deuda del sector público no financiero (excluyendo pensiones) se ubicó en el 57.7% del PIB al cierre de 2024. Gracias a un mejor manejo de la deuda, el país regresó a los mercados de bonos con éxito y mejoró su calificación de riesgo, con Fitch Ratings elevando la nota de CCC+ a B- en enero de 2025.
Baja Inflación: La inflación interanual se mantuvo en un nivel excepcionalmente bajo de 0.29% en 2024, gracias a subsidios y la reducción de precios internacionales de combustibles. Para 2025, la inflación se mantendría baja, proyectada entre 0.5% y 1.0%.
Reactivación Minera: En el sector productivo, la Asamblea Legislativa reactivó la actividad minera con la Ley General de Minería Metálica, permitiendo la participación de alianzas privadas, aunque el Estado mantiene la autorización exclusiva para la explotación.