En el marco del foro virtual “Citi Economic Outlook 2025”, Ernesto Revilla, Economista en Jefe de Latinoamérica de Citigroup, y Esteban Tamayo, Economista, compartieron un análisis detallado sobre el panorama económico de la región. Destacaron la incertidumbre económica que podría marcar 2025, impulsada por factores como la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y las posibles políticas proteccionistas que su gobierno podría implementar.
Una de las principales preocupaciones para Latinoamérica es el impacto de las políticas migratorias y comerciales de Trump. La expulsión de migrantes y el posible aumento de tarifas a las importaciones podrían alterar las dinámicas económicas regionales, especialmente en países como México, que se encuentra altamente expuesto a las decisiones de Estados Unidos. Asimismo, el crecimiento económico de EE. UU., aunque resiliente en el corto plazo, podría desacelerarse, afectando indirectamente a la región.
En cuanto a los flujos económicos, se destacó la estabilidad de las remesas desde 2020, aunque con signos intermitentes de debilidad. Este ingreso es crucial para economías como las del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), donde las remesas representan hasta el 27% del PIB. Por otro lado, el turismo no muestra signos de desaceleración inmediata, un factor positivo para las economías dependientes de esta actividad.
Los precios de los commodities han ofrecido un alivio moderado a la inflación regional, aunque se prevén vientos en contra debido a las fluctuaciones en el petróleo y los granos. La inflación general se mantiene controlada en la mayoría de los países, excepto en Costa Rica, y se espera que la desinflación continúe a medida que se consolida la desaceleración económica.
En términos de política monetaria, los bancos centrales han iniciado recortes de tasas de interés, alineándose con las recientes decisiones de la Reserva Federal. Países como Costa Rica y República Dominicana lideran esta estrategia, aunque la alta inflación en años anteriores limitó los ajustes fiscales. Las emisiones de deuda han mostrado resultados mixtos, reflejando los desafíos de financiamiento en un entorno de mayores riesgos.
El escenario político de la región también desempeña un papel clave en la estabilidad económica. Las elecciones presidenciales en Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Panamá marcaron la agenda de 2024, mientras que proyectos como el de modernización de República Dominicana han quedado en pausa. Panamá, por su parte, avanza con planes de consolidación fiscal como respuesta a los desafíos económicos.
Para 2025, se espera que la inflación en la región se mantenga dentro de las metas fijadas por los bancos centrales, mientras que las tasas de interés continuarán su trayectoria descendente. Esto dependerá de la política de flexibilización de la Fed, lo que podría brindar un soporte adicional a las monedas locales, como el peso dominicano (DOP) y el colón costarricense (CRC).
Aunque existen oportunidades para el crecimiento en 2025, la región enfrenta desafíos significativos relacionados con políticas externas, dependencia de remesas y vulnerabilidad ante cambios en los precios de los commodities. La capacidad de los gobiernos para implementar políticas fiscales y monetarias prudentes será crucial para mitigar los riesgos y fomentar una recuperación sostenible.