El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado cinco décimas su previsión de crecimiento para América Latina en 2025, situándola en el 2%, frente al 2.5% proyectado en enero. En su informe de primavera World Economic Outlook, el organismo atribuye este ajuste al impacto de las tensiones comerciales globales, la incertidumbre geopolítica y un posible endurecimiento de las condiciones de financiación.

De cara a 2026, el FMI también ha corregido a la baja sus expectativas para la región, con una estimación de crecimiento del 2.4%, tres décimas menos que lo proyectado en enero (2.7%). A pesar del recorte, esta cifra representa una leve mejora respecto a 2025, aunque aún refleja un entorno económico debilitado.
El informe destaca que los aranceles impuestos por Estados Unidos desde abril y las respuestas de otros países han llevado los tipos arancelarios a niveles “no vistos en un siglo”, afectando negativamente el comercio internacional y, por ende, el desempeño económico de muchas economías emergentes, incluida América Latina.

En conjunto, el FMI ha rebajado su previsión de crecimiento mundial para 2025 al 2,8%, medio punto por debajo de lo proyectado hace tres meses. El documento alerta sobre un “importante choque negativo para el crecimiento global” derivado de las tensiones comerciales y la creciente incertidumbre política.
Las economías avanzadas también registrarán una desaceleración, con un crecimiento proyectado del 1.4% para 2025. En el caso de Estados Unidos, principal motor económico del continente, la previsión se reduce drásticamente del 2.7% al 1.8%, lo que tendrá efectos colaterales sobre América Latina debido a los fuertes lazos comerciales.
En el ámbito inflacionario, el FMI prevé un repunte moderado. Para las economías emergentes y en desarrollo categoría en la que se incluye América Latina la inflación estimada para 2025 es del 5,5%, una décima menos que en enero. Para 2026, se espera un alza al 4,6%, reflejando presiones persistentes en precios.

El Fondo advierte que la evolución económica en la región dependerá en gran medida de cómo se resuelvan las tensiones comerciales actuales y de si los nuevos aranceles se mantienen en el tiempo o resultan ser medidas temporales. En este contexto, América Latina enfrenta un escenario desafiante, condicionado por factores externos e incertidumbre en el entorno global.cionen las políticas comerciales y de si los nuevos aranceles se consolidan o resultan ser medidas transitorias.