Con el objetivo de dinamizar la economía y atraer inversión extranjera, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó reformas a la Ley Especial de Migración y Extranjería, facilitando la obtención de residencia definitiva a extranjeros que inviertan o donen en programas impulsados por el Gobierno. Con 56 votos a favor, se modificó el artículo 152 para establecer un proceso más ágil y eficiente en beneficio del desarrollo económico, social y cultural del país.

La diputada Ana Figueroa subrayó que estas reformas modernizan el marco normativo salvadoreño, generando oportunidades para el crecimiento económico a través de inversión extranjera directa. La iniciativa permite a inversionistas integrarse legalmente al país, siempre y cuando cumplan con requisitos como antecedentes penales limpios y constancias de inversión en proyectos gubernamentales.
Durante el estudio de la propuesta, autoridades de Migración explicaron que este nuevo mecanismo incluirá solo al grupo familiar directo del solicitante, excluyendo a terceros de confianza, con el fin de asegurar que quienes reciban el beneficio sean personas calificadas y comprometidas con el desarrollo nacional.

En la misma sesión plenaria, los legisladores también eliminaron los artículos relacionados con la Tarjeta Migratoria de Ingreso, un documento por el que se cobraban US$12.00 a ciudadanos de países como Estados Unidos y México. La eliminación de esta tasa busca facilitar el turismo y eliminar barreras de entrada al país, como parte de una estrategia para proyectar una imagen más abierta y atractiva para el visitante internacional.
Además, se ratificó la adhesión de El Salvador al Fondo Multilateral de Inversiones IV (FOMIN), destinando US$2.7 millones como aporte nacional. Esta herramienta internacional permitirá continuar financiando proyectos del sector privado en áreas como turismo sostenible, remesas, tecnología y microfinanzas, promoviendo el desarrollo inclusivo a través de alianzas público-privadas y capital de riesgo.

Además, se otorgaron permisos para el nombramiento de dos nuevos cónsules honorarios en El Salvador, con el fin de fortalecer las relaciones diplomáticas y promover la marca país. Estas acciones reflejan un enfoque estratégico para posicionar a El Salvador como un destino atractivo para la inversión y la cooperación internacional.