El Gobierno de El Salvador presentó la Estrategia de Diplomacia Económica 2025-2029, un plan liderado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y su red de 104 representaciones diplomáticas. Este proyecto busca posicionar al país en el ámbito global como un destino atractivo para el comercio, las inversiones y el turismo, alineado con las prioridades del Plan Económico nacional. La estrategia integra esfuerzos estatales, privados e internacionales para impulsar las exportaciones, atraer inversiones estratégicas y fomentar el turismo.
La viceministra de Relaciones Exteriores, Adriana Mira, destacó que esta iniciativa busca superar retos históricos, como el de la seguridad, y aprovechar las ventajas competitivas del país. Según Mira, la estrategia contempla directrices y protocolos para promover la oferta exportable, atraer capitales a sectores estratégicos como energías renovables y tecnología, y consolidar alianzas internacionales que faciliten el desarrollo de proyectos de alto impacto.
Entre las fortalezas mencionadas, se subraya la estabilidad económica de El Salvador, su marco legal favorable, incentivos para la inversión, ubicación estratégica y conectividad internacional. Estas características, combinadas con la nueva estrategia, fortalecen la capacidad del país para competir en mercados globales y generar mayores beneficios para la población.
En 2024, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha gestionado importantes resultados, como exportaciones por US$3.5 millones en sectores como plásticos, textiles, café y alimentos, y atracción de inversiones por US$111.5 millones en bienes raíces, turismo y manufacturas. Estos logros reflejan la efectividad de las políticas implementadas hasta la fecha.
La presentación del plan estuvo encabezada por altos funcionarios, incluidos el secretario de Comercio e Inversión, Miguel Kattán, y las ministras de Economía, María Luisa Hayem, y de Turismo, Morena Valdez. También participaron líderes de entidades clave como INVEST y COEXPORT, quienes respaldaron la iniciativa como un motor para la competitividad y el desarrollo económico del país.
Con esta estrategia, El Salvador refuerza su compromiso de integrarse plenamente en el mercado global, asegurando un futuro de mayor prosperidad para su población.