
El Salvador cerró 2025 con un riesgo país de 328 puntos, una puntuación que lo ubica en una mejor posición dentro de América Latina y refleja una percepción más favorable de los mercados internacionales sobre su capacidad para cumplir con el pago de la deuda soberana. Este nivel sitúa al país por debajo de economías como Ecuador, Argentina y Bolivia, y más cerca del grupo de naciones con menor riesgo en la región.
Este comportamiento se explica, en parte, por una mayor estabilidad en el mercado de deuda salvadoreña. Cuando los inversionistas perciben un menor riesgo, los precios de los bonos tienden a subir y sus rendimientos a bajar, lo que reduce el riesgo país. Esto significa que El Salvador ha logrado mantener el interés de los mercados internacionales en sus instrumentos financieros.
De acuerdo con Bloomberg Línea, comparado con otros países de la región, El Salvador se mantiene en una zona intermedia favorable, por encima de economías consideradas más seguras como Chile, Uruguay o Perú, pero con una mejor percepción que países con mayores niveles de incertidumbre financiera. Esta posición intermedia refleja un equilibrio entre riesgo y retorno que resulta atractivo para ciertos perfiles de inversionistas.

El riesgo país es un indicador clave para medir la confianza de los inversionistas. En términos simples, muestra cuánto más debe pagar un país en intereses para financiarse en comparación con Estados Unidos. Mientras más bajo es el puntaje, menor es el costo de endeudamiento y mayor la confianza del mercado. En el caso salvadoreño, los 328 puntos indican una reducción frente a períodos anteriores y una compresión de rendimientos de sus bonos soberanos durante 2025.
El indicador de riesgo país se calcula a través del EMBI (Emerging Markets Bond Index), elaborado por JPMorgan Chase, uno de los principales bancos de inversión del mundo. Este índice compara el rendimiento de los bonos soberanos de los países emergentes con el de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Si el diferencial es menor, significa que el país necesita pagar menos intereses para atraer financiamiento.

Para El Salvador, mantener el riesgo país en niveles contenidos tiene implicaciones directas en la economía. Un menor puntaje facilita el acceso a financiamiento externo en mejores condiciones, reduce la presión sobre las finanzas públicas y mejora el clima para la inversión extranjera. Además, envía una señal de mayor confianza sobre la gestión económica y la capacidad de pago del Estado.
El desempeño del riesgo país salvadoreño durante 2025 confirma que el país ha logrado sostener una percepción más estable en los mercados internacionales. Aunque persisten desafíos, el nivel actual del indicador representa una ventaja frente a otros países de la región y un factor clave para el manejo de la deuda y la atracción de capital en el mediano plazo.
