
Durante la temporada de fin de año, el aumento del consumo impulsado por emociones y promociones puede afectar seriamente las finanzas personales. Especialistas en educación financiera advierten que muchas compras realizadas por impulso terminan siendo innecesarias y generan desequilibrios económicos posteriores.
El consejo principal es priorizar lo necesario sobre lo emocional. Antes de realizar una compra, se recomienda preguntarse si el producto es realmente indispensable o si responde únicamente a una emoción momentánea. Vestimenta, accesorios y artículos de temporada suelen adquirirse por impulso y, en muchos casos, tienen poco uso posterior.

Una herramienta práctica sugerida por expertos es clasificar las compras en dos categorías: necesarias y emocionales. Este ejercicio permite identificar gastos prescindibles y tomar decisiones más conscientes. Además, se invita a reflexionar sobre el uso real del producto: si se utilizará más de una vez, si puede combinarse con otros artículos o si aporta un beneficio real al hogar.
Los especialistas aclaran que el objetivo no es eliminar el disfrute durante las fiestas, sino comprar con intención y responsabilidad, evitando que la emoción del momento comprometa la estabilidad financiera futura.
Priorizar gastos esenciales permite disfrutar de las celebraciones sin enfrentar remordimientos económicos en los primeros meses del año, promoviendo así una relación más saludable con el dinero.
