La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decidió este miércoles mantener sin cambios sus tasas de interés de referencia en el rango de 4.25% a 4.5%, por cuarta vez consecutiva. Sin embargo, la entidad ajustó a la baja sus proyecciones de crecimiento económico y al alza sus estimaciones de inflación, reflejando un panorama menos optimista de lo previsto a inicios del año.

Según su actualización económica, el banco central ahora espera que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense crezca apenas un 1.4% en 2025, por debajo del 1.7% que proyectaba en marzo y del 2.1% de diciembre anterior. Asimismo, pronostica una inflación del 3%, superando su estimación previa de 2.7%. También se prevé un leve aumento en la tasa de desempleo, que pasaría del 4.4% al 4.5%.
En paralelo, el presidente Donald Trump ha intensificado sus críticas hacia la Fed y su titular Jerome Powell, reclamando una baja inmediata en las tasas de interés, acusando al banco de frenar el éxito económico del país, a pesar de que el organismo mantiene su postura de cautela ante las presiones inflacionarias y la incertidumbre global.

La política arancelaria del gobierno, con nuevos impuestos a las importaciones —especialmente sobre acero, aluminio y automóviles—, aún no ha impactado de forma directa en los precios al consumidor, aunque los expertos advierten que ese efecto podría tardar algunos meses en manifestarse. De hecho, las ventas minoristas ya cayeron un 0.9% en mayo, reflejando una mayor precaución del consumidor.
A esto se suma la escalada de tensiones geopolíticas en Medio Oriente, que amenaza con encarecer los precios del petróleo. Aunque esta baja ha contribuido a moderar la inflación recientemente, un repunte del crudo podría complicar aún más el equilibrio que la Fed busca mantener entre crecimiento económico y estabilidad de precios.
