
La Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN) estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador creció 4.1% interanual en el segundo trimestre de 2025, su nivel más alto desde 2023, una cifra que coincide con la proyección arriba al 4% anunciada recientemente por el presidente Nayib Bukele. El resultado refleja un momento de dinamismo económico impulsado por sectores estratégicos que están sosteniendo la actividad productiva.
Sectores que lideran el crecimiento
El principal motor de la economía fue la construcción, que registró un crecimiento de 33.9 %, apoyado por más de 120 proyectos inmobiliarios y obras públicas de gran escala como el Aeropuerto del Pacífico y el Viaducto Francisco Morazán. Este sector se ha convertido en un eje clave para la generación de empleo y la dinamización de otras actividades económicas.
A la par, las actividades financieras crecieron 7.6%, reflejando una mayor intermediación y acceso a servicios financieros, mientras que el transporte y almacenamiento avanzaron 7.0%, impulsados por el movimiento de personas, mercancías y servicios.

Consumo privado y remesas
El consumo privado continúa desempeñando un papel estabilizador en la economía, con un crecimiento promedio de 2.2% entre 2023 y 2025. Este comportamiento ha sido respaldado por el flujo constante de remesas familiares, que solo en el segundo trimestre de 2025 alcanzaron 2,499.7 millones de dólares, fortaleciendo la capacidad de gasto de los hogares y sosteniendo la demanda interna.
Contexto y retos
FUDECEN señala que este desempeño positivo se da en un entorno internacional caracterizado por incertidumbre y una desaceleración moderada, lo que resalta la capacidad de resiliencia de la economía salvadoreña. Al mismo tiempo, el informe advierte que parte del dinamismo actual depende de factores coyunturales, especialmente en sectores como la construcción, por lo que el desafío es consolidar bases productivas más permanentes.

Turismo, un motor con visión de largo plazo
Entre los sectores con mayor proyección estructural destaca el turismo, junto con el transporte y los servicios financieros. En particular, las actividades de alojamiento y servicios de comidas muestran un alto potencial para sostener el crecimiento en el tiempo. Este desempeño ya se refleja en un superávit de 784.8 millones de dólares en la balanza de servicios, que contribuye al equilibrio externo y a la generación de divisas.
En conjunto, FUDECEN concluye que el crecimiento del 4.1% del PIB confirma una etapa favorable para la economía salvadoreña, alineada con las proyecciones oficiales, y abre la oportunidad de fortalecer sectores con capacidad de impulsar un desarrollo más sostenido en el mediano y largo plazo.
