
Durante 2025, las tasas de interés en el sistema financiero han mostrado un comportamiento estable, sin aumentos bruscos ni caídas inesperadas según datos del Banco Central de Reserva (BCR). Esta tendencia, reflejada en los datos de las Tasas de Interés Promedio Ponderado, confirma que el crédito y el ahorro se han movido en un entorno de mayor previsibilidad para familias y empresas.
¿Qué pasó en comparación con 2024?
En 2024, las tasas todavía reflejaban ajustes derivados del contexto internacional y de los costos financieros acumulados de años anteriores. Aunque no fueron excesivamente volátiles, sí presentaron ligeras presiones al alza, especialmente en los préstamos de largo plazo.
En contraste, 2025 marca un punto de equilibrio:
• Las tasas de los depósitos se mantienen similares a las de 2024, con mejores rendimientos para quienes ahorran a plazos largos.
• Las tasas de los préstamos no registran incrementos significativos y conservan niveles parecidos a los del año anterior.
• El crédito para vivienda continúa con condiciones favorables y estables.
En términos simples, el dinero no se ha encarecido más que en 2024, ni tampoco ha perdido atractivo para el ahorro.

¿A quién beneficia esta estabilidad?
La estabilidad de las tasas sí beneficia al país, por varias razones:
• Las familias pueden planificar mejor créditos como vivienda o consumo, sin temor a aumentos repentinos en las cuotas.
• Las empresas cuentan con un entorno financiero más predecible para invertir, ampliar operaciones o financiar capital de trabajo.
• El sistema financiero reduce riesgos, ya que la estabilidad favorece el cumplimiento de pagos y una mejor gestión del crédito.
Aunque las tasas para personas siguen siendo más altas que para empresas, el hecho de que no aumenten representa un alivio para los hogares.

¿Por qué se han mantenido estables las tasas?
Entre las principales causas destacan:
• Mayor control de la inflación, que reduce la presión para subir tasas.
• Liquidez suficiente en el sistema financiero, lo que disminuye la necesidad de encarecer el crédito.
• Políticas financieras prudentes, enfocadas en mantener equilibrio entre ahorro, crédito y crecimiento.
• Menor tensión en el mercado interbancario, señal de confianza entre las instituciones.
El comportamiento de las tasas de interés en 2025 envía una señal clara: la economía se mueve en un entorno de estabilidad financiera. No es un escenario de crédito barato, pero sí de previsibilidad, lo cual es clave para sostener el consumo, la inversión y el crecimiento económico del país.
