
Las mejoras recientemente inauguradas en el Aeropuerto Internacional de El Salvador “San Óscar Arnulfo Romero y Galdámez” refuerzan no solo los procesos de seguridad y justicia, sino también la eficiencia operativa de una de las principales infraestructuras estratégicas del país, con impactos directos en la gestión aeroportuaria y la cooperación internacional.
Con apoyo del Gobierno de Estados Unidos, se habilitó un espacio remodelado destinado a la recepción y atención de salvadoreños retornados, en respuesta al aumento de vuelos de repatriación. El proyecto incluyó la modernización de la sala de recepción y la creación de áreas especializadas para distintos perfiles de usuarios, como menores de edad y grupos familiares, lo que permite una atención más ordenada y ágil.

Desde una perspectiva económica y operativa, estas adecuaciones contribuyen a optimizar los flujos aeroportuarios, reducir tiempos de procesamiento y mejorar la coordinación interinstitucional, factores clave para la eficiencia logística del aeropuerto. Además, se incorporaron espacios para entrevistas de inteligencia, revisión de tatuajes y conectividad a internet que permite realizar verificaciones biométricas en tiempo real, fortaleciendo los controles sin afectar la continuidad de las operaciones.
Durante la inauguración, representantes de la Embajada de Estados Unidos destacaron que contar con infraestructura adecuada facilita el intercambio oportuno de información entre las agencias de ambos países, lo que mejora la gestión de riesgos y reduce costos operativos asociados a procesos prolongados o duplicados. Estas acciones también elevan los estándares de funcionamiento del aeropuerto, un activo clave para la conectividad, el comercio y el turismo.

El proyecto fue ejecutado bajo el liderazgo de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) del Departamento de Estado de EE. UU., en coordinación con ICE-ERO, la Policía Nacional Civil y la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA). Autoridades aeroportuarias agradecieron el respaldo estadounidense, subrayando que la inversión en infraestructura y tecnología fortalece la capacidad institucional del país y genera condiciones más eficientes para la gestión migratoria.
Las autoridades coincidieron en que este tipo de cooperación internacional no solo contribuye a la seguridad regional, sino que también impulsa mejoras estructurales en infraestructuras clave, con beneficios económicos derivados de procesos más eficientes, mayor capacidad operativa y un entorno aeroportuario más moderno y funcional.
